"La más bella emoción que podemos tener es la mística. Es la fuerza de toda ciencia y arte verdaderos. Para quien esta experiencia resulte extraña es como si estuviera muerto. Saber que existe lo que para nosotros es impenetrable, manifestándose como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, que nuestras pobres facultades sólo pueden entender en sus formas más primitivas -éste conocimiento, esta sensación- está en el corazón de nuestra verdadera religiosidad. En este sentido, y sólo en este, pertenezco a las filas de los hombres devotos ... Un ser humano es parte del todo ... Se considera a sí mismo, a sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, como por una suerte de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es para nosotros como una prisión, que restringe nuestros deseos personales y nos encariña con unas pocas personas que nos son próximas. Nuestra tarea es liberarnos de esta cárcel ensanchando nuestra área de compasión hasta abrazar a todas las criaturas vivientes y a toda la naturaleza en su belleza." (Einstein en Weber, 1990, 236-7).
Recordemos que, en la búsqueda de un principio unificador en las ciencias, una de nuestras afirmaciones iniciales era contemplar la racionalidad organizativa y social, al igual que la epistemología y metodología de la ciencia, como dependiente de las necesidades humanas. Esto es lo que pretendemos desarrollar en este capítulo.
Un concepto con el que nos gustaría comenzar es el de "valor". Todos nosotros, los seres humanos, tendemos a "valorar" los hechos y cosas de la vida, desde nuestros afectos más ambiguos y/o profundos, hasta lo que hoy parece ser más concreto y objetivo: lo que llamamos "bienes" o "propiedades". La naturaleza del "apego" a las propiedades, personas más queridas o a las creencias, en suma, todo aquello que valoramos debe, sin duda, residir también en las necesidades humanas.
Por otra parte, es rasgo peculiar del hombre valorar aquello que no es superabundante, todo lo que escasea. Y no sólo escasean los bienes económicos tradicionales, sino que también escasea, por ejemplo, el afecto entre los hombres.
De este modo, una buena Teoría Económica Social debería ser capaz de explicar, por ejemplo, el valor "económico" del afecto. Sin embargo la Economía se ha centrado en lo que denominamos "valores cuantificables", cuya más diáfana "objetividad" e idoneidad para ser materia de transacción determina que sean el tema tradicional de estudio de las ciencias económicas.
Ahora bien, siguiendo en la búsqueda de un fenómeno común subyacente a todo hecho social, el término valor podría proponerse como el fenómeno final resultante de un complejo de fuerzas de índole económica, psico-sociológica y política, dentro de un cuadro global dialéctico constituido por los polos Organización y Mercado. Queremos plantear la organización y el mercado como formas tan opuestas como complementarias (de ahí su naturaleza dialéctica) de coordinación o relación entre los seres humanos, cuyos correlatos más amplios residen en la cooperación y la competición. Un polo hunde sus raíces en el otro y carece de sentido intentar explicarlos por separado o de modo independiente.
Sin ánimo de profundizar, y siguiendo a Robbins (1987), a continuación proponemos una clasificación clásica propuesta por Allport en seis tipos:
"1.- Teóricos. En ellos se da mucha importancia al descubrimiento de la verdad mediante un enfoque crítico y racional.
2.- Económicos. Ponen de relieve lo útil y lo práctico.
3.- Estéticos. En ellos se atribuye el máximo valor a la forma y la armonía.
4.- Sociales. Conceden el máximo valor al amor entre las personas.
5.- Políticos. Ponen de relieve
la adquisición de poder e influencia.
6.- Religiosos. Se ocupan de la unidad
de la experiencia y el conocimiento del cosmos como un todo." (Allport
en Robbins 1987, 96).
Además algunas investigaciones sugirieron que las personas,
según su ocupación, atribuían un valor distinto a
cada uno de estos valores. Ello se muestra en la tabla 5.1: Tabla
5.1 Clasificación de los valores entre tres grupos, hecha por su
importancia. Fuente: Tagiuri, 1967 en Robbins,
1987.
LÍDERES RELIGIOSOS | EJECUTIVOS DE ADQUISICIONES | CIENTÍFICOS DE LA INDUSTRIA | |
1º | Religiosos | Económicos | Teóricos |
2º | Sociales | Teóricos | Políticos |
3º | Estéticos | Políticos | Económicos |
4º | Políticos | Religiosos | Estéticos |
5º | Teóricos | Estéticos | Religiosos |
6º | Económicos | Sociales | Sociales |
Algo después, se propuso una taxonomía jerárquica y evolutiva descubierta por Graves (1970) que bien pudiera servirnos para prevenirnos ante la tentación del reduccionismo instrumentalista. Este autor distingue siete niveles (Graves, 1970 en Robbins, 1987, 96-7):
1.- Reactivo. Estas personas no tienen conciencia de sí mismos ni de otros como seres humanos y reaccionan ante las necesidades fisiológicas básicas. Este tipo de personas se encuentran rara vez en las empresas. Este nivel se aplica sobre todo a los recién nacidos.
2.- Tribalístico. Estos individuos se caracterizan por una gran dependencia. Reciben un fuerte influjo de la tradición y el poder ejercido por las figuras de autoridad.
3.- Egocentrismo. Estas personas creen en el individualismo extremo. Son agresivas y egoístas. Las preocupa principalmente el poder.
4.- Conformismo. Estas personas tienen poca tolerancia ante la ambigüedad, les es difícil aceptar a aquellos cuyos valores difieren de los suyos y desean que otros acepten sus valores.
5.- Manipulativo. Estos individuos se caracterizan por su esfuerzo por alcanzar las metas manipulando a las personas y las cosas. Son materialistas y buscan un status superior y el reconocimiento.
6.- Sociocéntrico. Estas personas consideran más importante la aceptación y las buenas relaciones con la gente que progresar en la vida. Sienten repulsión ante el materialismo, la manipulación y la conformidad.
7.- Existencial. Estos individuos muestran una gran tolerancia ante la ambigüedad y ante aquellos que tienen valores distintos a los suyos. Atacan los sistemas inflexibles, las políticas restrictivas, los símbolos del status y el empleo arbitrario de la autoridad.
Además, en la tónica que vamos a seguir aquí:
"La investigación indica que casi todos los miembros de las empresas actuales operan con los niveles 2 a 7. Pero mientras que tradicionalmente eran administradas por gerentes de los niveles 4 y 5, hoy los tipos del nivel 6 y 7 rápidamente están ocupando posiciones de gran influencia. Aunque tal vez sean todavía una minoría su número sigue aumentando." (Graves, 1970 en Robbins, 1987, 96-7).
Pero como hemos comentado, hablar de valor implica, inevitablemente, referirnos tanto a "bienes escasos" como a necesidades y poder. La búsqueda de una epistemología fronteriza entre la Antropología, la Sociología, la Psicología y la Economía en torno al concepto de valor, creemos que profundizaría bastante más y haría vislumbrarse un posible "campo unificado" para estas ciencias. Además, creemos que es una eventual Ciencia de la Organización la que puede dar mejor cuenta de esta necesaria síntesis en un futuro inmediato. De este modo, el ser humano sería visto, básicamente, como un "organizador", tanto de su mundo interno como del externo.
Siguiendo la inspiración de Mintzberg (1991, 19), para nosotros el "interface" entre lo interno y lo externo sería su "representación", imagen, "zeitgeist" o "weltanschaung": Cultura para la Antropología; Ideología para la Sociología; Rol, Ego o Identidad para la Psicología Individual y Creencias, Actitudes y Valores para la Psicología Social; Mercados y Precios para la Economía y, finalmente, Estrategias para la Organización y Dirección de Empresas. Este interface sería, a su vez, el eventual "Mecanismo de Coordinación" de Mintzberg, el "Super-Ego" de Freud, la "imagen" de Morgan o el "absoluto noético" de Brosse.
Antes de proseguir, permítasenos una pequeña disgresión acerca de la representación. Recordando la visión de Maturana y Varela y la más concreta aplicación que de ella hacen Krogh, Roos y Slocum (1994), los cuales conciben los sistemas biológicos como sistemas cerrados autorreferenciales que se diferencian del entorno con su identidad propia, podemos extenderla hasta el tema que nos ocupa.
Así, si profundizamos algo más en la naturaleza de esta, nos percataremos de que la representación (Cultura, Imagen, Ideología, Ego, Precios o Estrategia) es el origen de la dualidad entre lo externo y lo interno. Desde la nueva perspectiva holista (y como hemos comentado, las ciencias naturales así lo están mostrando) la separación entre el observador y lo observado es una ficción que sólo cobra realismo si en la pura percepción "emerge" una representación. No nos ocuparemos ahora de esto, pero sí lo haremos en el próximo capítulo. Nos gustaría señalar, sin embargo, que esta afirmación late oculta entre todas las líneas siguientes.
Volviendo a nuestra cuestión, démonos cuenta de que todas estas definiciones tienen en común el siguiente fenómeno: todos son "organización", modos de poner orden, coordinar, reducir incertidumbres o establecer sistemas de referencia. De hecho, buscando el significado común del término "organizar", obtenemos respuestas bastante ilustradoras. Por ejemplo, en el Diccionario Santillana (1995) encontramos, entre otras, las siguientes definiciones:
"1. Disponer una serie de elementos de modo que cada uno de ellos tenga un lugar o una función dentro del conjunto.
2. Reunir o asociar a un conjunto de personas, países, entidades, etc., estableciendo cómo deben actuar conjuntamente para lograr un objetivo.
3. Poner algo en orden.
4. Formar o constituir algo improvisadamente.
5. Aparecer o producirse algo de repente, sin que nadie lo prepare o dirija.
Sinónimos: 1. Estructurar. 1 y 3. Ordenar. 2. Unir, agrupar, federar. 3. Arreglar."
Y en la Enciclopedia Durvan (1994): "Establecer o reformar una cosa, sujetando a reglas las partes que la componen".
Ya hemos dedicado cierto espacio en el capítulo 3 al tema de Organización como empresa y de Organización como disciplina. Sin embargo, ahora pretendemos partir desde una óptica distinta: la que continuamente estamos proponiendo de "representación compartida". Si atendemos a las definiciones citadas, y atendiendo a una parte de ellas, podemos concluir que "organizar" es disponer ciertos recursos
en función de ciertas metas. Y, entonces, todos los conceptos anteriores son "organizar".
Avanzando un poco más, para nosotros, lo esencial en "organizar" es que, partes o elementos que previamente carecían de sentido, lo tienen ahora en función de un nuevo sentido. Esto, dicho numéricamente sería "crear unidad en la diversidad", reducir la diversidad en la unidad. Cualitativamente hacer simple lo complejo. Semánticamente abstraer en pocos términos o conceptos muchos de ellos: significar en un significado muchos de estos. En Economía reducir muchos valores en uno solo (la moneda, que así se convierte en el índice o grado de organización u homogeneidad de una comunidad o país). En Lingüística el lenguaje común: "hablar el mismo idioma". En Ingeniería integrar las partes. En Música que varios músicos suenen como una orquesta, etc.
Organizar es pues instrumentalizar bajo una nueva unidad ideológica, semántica, lingüística, económica, política o religiosa las anteriores unidades, grupos, partes o significados. Y también, en cierto sentido, organizar es sinónimo de inteligencia y comprensión. Pero Organizar, en el sentido dinámico, es también aprender, mejorar continuamente (kaizen). Recordemos la búsqueda del campo unificado de Einstein: ¡otro intento organizador!
Ahora bien, organizar también implica lo contrario de lo que estamos exponiendo. Un nuevo orden requiere el caos previo del antiguo. De modo que, dinámicamente considerado, el orden lleva en sí mismo la semilla del desorden y viceversa. Por ejemplo, al igual que en Física no existe el frío ni el calor (son simplemente temperatura), podríamos darnos cuenta de que la vida y la muerte son conceptos que hemos diferenciado artificialmente: es el mismo impulso negantrópico o biológico el que hace nacer al niño y el que lo empuja hacia la muerte. Además, hablando fenomenológicamente, el niño muere para ser adolescente y este para hacerse adulto.
Luego, desde la nueva visión dinámica que proponemos, el "kaizen" (o mejora continua) tiene tanto de orden como de caos. Y, del mismo modo, organizar tiene tanto de construcción como de destrucción. Tal es la conocida, y repetidamente citada, concepción de Schumpeter(1) (1911) cuando reconoce en el entrepreneur, el empresario, la tarea de la "destrucción creativa", y recordemos que esta tarea era concebida por este autor como la esencia misma del desarrollo económico.
En cuanto al fenómeno de organizar, y desde la perspectiva de las múltiples disciplinas citadas, destaquemos que organizar, como fenómeno complejo, siempre tiene las siguientes dimensiones o características:
Crea economía de recursos.
Crea sentido o significado.
Crea unión en identidades mayores.
Crea armonía, coordinación y reducción de fricciones.
Crea reducción de la incertidumbre.
Pero, a su vez, cada una de estas características tiene su cara oscura:
Trata como externalidades costes no cuantificables (sociales, ecológicos etc.)
"Representa conceptualmente" como enemigo o amenaza al sinsentido (entorno) o al significado dispar.
Tratan separadamente a las otras identidades
Crean represión, conflicto u dualidades dolorosas en aras de la armonía.
Aumentan la incertidumbre cuanto más la consiguen (todo aumento de certidumbre interna va acompañado del correspondiente incremento de incertidumbre externa).
Resumiendo, tenemos dos caras de la moneda del concepto Organización: organizar y "caotizar". El desorden (caos) del antiguo orden es el nuevo orden.
Quizás tengamos aquí una buena excusa para pensar que
también es útil dejar que los individuos piensen y actúen
egoístamente, puesto que en este egoísmo podríamos
encontrar la semilla que preserve la creación de nuevos órdenes.
Y para nosotros, la contrapartida "caótica" de organizar, la
necesaria fase de "disolución" del orden es, en nuestro modelo
y en su forma pura, el comportamiento económico que da lugar
al mercado. De modo que, cuando el individuo actúa a título
individual, buscando únicamente su particular "utilidad", la "organización"
queda reducida (desde la perspectiva de las ciencias sociales) a un sólo
individuo. Y cuando esto se da, el modo de relacionarse es el de "comerciar
o transaccionar" y al conjunto de estas relaciones le denominamos mercado.
En otras palabras: la organización es el caos del mercado y, viceversa,
el mercado lo es de la organización. Recordemos cómo la última
cosmovisión organizativa de Mintzberg parte de los dos últimos
mecanismos de coordinación por él "descubiertos": la cultura
y la política (que nosotros asimilaríamos rápidamente
a el orden y el caos respectivamente). En la figura 5.1 se aplica esto
en cuanto a la Organización.
Figura 5.1: Cultura/Orden y Política/Caos. Fuente:
elaboración propia.
Y, además y como caso particular, el enfrentamiento a título individual, obviamente bajo ciertas reglas de actuación más o menos libres consensuadas por la costumbre, de valores (y/o deseos) subjetivos, exhibidos por personas, grupos u organizaciones en un campo común, que denominamos "mercado", (oferta y demanda) determinaría el "valor económico" de los bienes o servicios objeto de tales deseos.
En esta lógica, es tradicional definir la Economía como la ciencia que estudia los bienes escasos. Pero esta definición debería ampliarse arrostrando la evidente objeción de que solo serán valorados aquellos "bienes" que "satisfagan" ciertas necesidades humanas. Porque esta tendencia a valorar nace de nuestras necesidades, desde las más básicas hasta las más "elevadas". No es así objeto de valor aquello que no satisfaga alguna necesidad humana. El mercado económico, pues, es un modo particular de satisfacer cierto tipo de necesidades humanas.
Pero, y ahora utilizando una lógica inversa, existen muchas necesidades que no son "intercambiadas" en los mercados usuales económicos ni tampoco a un "precio" objetivo y cuantificable. Su intercambio, o satisfacción, sin embargo, sí que se da. Y se da tan frecuentemente, o más, que las clásicas transacciones económicas. El afecto, el sexo, el poder, la seguridad etc. son "bienes escasos" también "intercambiables" y su "intercambio" obedece a otras "representaciones colectivas" distintas, con sus también diferentes reglas, normas y valores colectivos. Que estas no sean cuantificables en moneda de curso legal no es motivo para soslayar su intrínseca realidad.
Lo que, a muy duras penas, intentamos clarificar es que la base de toda relación humana es la satisfacción de necesidades, y que esta satisfacción siempre está balanceándose dentro de un continuo que fluctúa entre el yo individual y la identidad colectiva. En términos más cercanos a nuestras disciplinas, la organización (cooperación e identificación) y el mercado (competición y transacción) son las dos formas extremas de satisfacer cualquier necesidad humana. No obstante el desarrollo de esta última afirmación lo abordamos en el próximo capítulo.
Volviendo a las necesidades, cabe añadir que, como muchas teorías del Consumidor y del Marketing sostienen, las necesidades son infinitamente flexibles y diversas: "prácticamente ilimitadas" por lo que, si estamos buscando una sistematización amplia, pudiera parecer que suponen un área de investigación poco prometedora a causa de su irreductible multidimensionalidad. Evidentemente, las necesidades están íntimamente ligadas al tema de la motivación. Es este un tópico también clásico en Organización de Empresas, lo cual nos obliga a detenernos un poco en él.
5.2. La Motivación y la Necesidad.
Tanto en el mundo lego como en el académico, la postura generalmente aceptada es pensar que todo comportamiento humano obedece a algún motivo, que todo lo que hacemos es "para" algo. Así, decimos que todo comportamiento está motivado. Aunque esta opinión no es unánime, (es el tema que discutiremos con Maslow, 1954, 1970), la motivación está en la base de la necesidad de "movilizar" y coordinar a los individuos de una organización en aras a la consecución de los más o menos claros objetivos propuestos.
Existen muchos enfoques sobre los orígenes de la motivación. En primer lugar, veamos algunas controversias que, a nuestro parecer, existen respecto a ella:
1.- ¿Es un instinto heredado, genético y biológico o es aprendido a medida que crecemos?.
2.- ¿Es una "activación" o "emoción" de organismo a secas o tiene, además, un dirección concreta con unas pautas también concretas de comportamiento? En este último caso, la motivación se parecería más a un instinto. Por ejemplo, el instinto del cortejo sexual de los animales tiene unos patrones concretos y complejos, pero que parecen estar "grabados" como un programa en sus genes y que se pone en marcha en condiciones también concretas. Diríamos pues que el instinto tiene tres aspectos: uno el energizador o activador, otro el de conjunto de patrones específicos de conducta y, finalmente, el directivo, estar dirigidos hacia un objetivo concreto (por ejemplo el ejemplar del sexo opuesto para perpetuar la especie). Pero ¿Es la motivación un instinto?
3.- ¿Es la motivación un fenómeno individual o se explica mucho mejor teniendo en cuenta el grupo social de referencia? Más aún: ¿No sería más realista examinarla como consecuencia de la cultura y creencias compartidas por los grupos humanos, más que como un fenómeno individual?
4.- ¿Es la motivación un "factor" estable que "dura" a través del tiempo como un "rasgo" de personalidad que se puede averiguar o medir individualmente con cierto tipo de pruebas (tests, entrevistas etc.), o depende totalmente de las circunstancias en que uno se encuentre? En este último caso, los individuos actúan estratégicamente y se comportan "como haga falta" en las situaciones, siendo la personalidad una variable irrelevante. En el primero, sin embargo, un test o entrevista bien preparados nos darían información valiosa sobre ciertos rasgos de la personalidad, en cuanto a motivación, de las personas.
Insinuemos cómo se vislumbra en este dilema la orientación psicológica personalista, en el primer caso, frente a la orientación economicista del segundo.
5.- ¿Es la motivación una Necesidad que hay que satisfacer
(como, por ejemplo, las vitaminas o las proteínas), o es algo cuya
no satisfacción no es, en absoluto, vital para nuestra salud (tanto
física como psicológica o espiritual)?.
Centrándonos en la organización, otra pregunta interesante está en si no es mejor sustituir el término de motivación por el de satisfacción o por el de implicación. De hecho, estas tres palabras parecen indicar la evolución histórica de su significado. Así, hoy en día, se prefiere hablar de "movilización" o "dinamización" de los RRHH, de su "implicación" conjunta al "Proyecto de Empresa" y a la Estrategia Global de la empresa (Menguzzato y Renau, 1991, 223). Esto puede verse en la siguiente tabla. Tabla 5.2. Evolución de la Motivación de los Recursos Humanos.Fuente: Thévenet, 1983, desde Martinet, 1984 en Menguzzato y Renau, 1991, 223.
Motivación | Satisfacción | Implicación | |
Época | Años 30, escuela de relaciones humanas | Años 60-70 | Años 80 |
Objetivos | Desarrollar la performance individual | Remunerar la performance individual | Desarrollar el proyecto común de la empresa |
Ideas | Favorecer el trabajo colectivo | Compensar las dificultades del trabajo colectivo | Hacer de la empresa un proyecto cultural |
Idea del Individuo en la Empresa | Dominio de la performance individual | Negociación-relación entre individuo y empresa | |
Objetivos de la empresa | Económico | Social | Económico, social, cultural |
Nivel de las políticas | Del personal | Del personal | General |
La empresa quiere desarrollar | Su performance a través de diferentes motivaciones | El bienestar de los asalariados | Oportunidades más adhesión |
Palabras clave | Objetivos | Resultados | «Proyecto» |
Démonos cuenta cómo, de nuevo, nos topamos con un concepto final respecto a la motivación, que se acerca mucho a la concepción que estamos exponiendo de cultura, representación e imagen: el de implicación. ¿Cómo podría ser la "imagen" de los RRHH en los actuales años 90? A nuestro juicio, estos planteamientos desembocan en la necesidad de que los seres humanos que componen una organización lleguen a percibirse a sí mismos como una parte de ella, como algo "vivo" junto a lo cual "evolucionan, se mueven y tienen su ser". Esto supondría ir más allá del término implicación y sustituirlo por el de "identificación". En esta concepción la empresa, lejos de ser algo mecánico, estático y ajeno los seres humanos que lo componen, es un "organismo" y una "idea común" compartida por todos sus integrantes y en donde el concepto de "Recursos Humanos" puede sustituirse por el de "Miembros o Componentes Humanos". Esta idea de identificación es la que proponemos y será desarrollada más adelante.
Si quisiéramos sintetizar esto un poco, y uniéndolo con lo que ya comentamos en tema 3 sobre los Recursos Humanos, la concepción de los seres humanos en la organización ha pasado, esquemáticamente, por 3 etapas fundamentales: la de Coste, la de Recurso (Besseyre de Horts, 1988) y, a nuestro juicio, la de Componente (como parte de ella). La primera entendía el factor humano como un Gasto(2). La segunda entiende que, más que un gasto, es una inversión, un activo a desarrollar. Para la tercera, la que proponemos, la empresa es los seres humanos que la componen, la "Representación Colectiva" común más o menos compartida. El valor de una empresa desde esta óptica sería el grado de coherencia, claridad e intensidad con que esta "representación" es captada, sentida y compartida por todos sus miembros.
Sin embargo, las teorías clásicas de la motivación siguen siendo de vital importancia para entender cómo y por qué nos comportamos de una manera o de otra, así que vamos a dedicar este apartado a contemplar algunas de las más importantes para nuestro propósito
Una clasificación importante es distinguir entre teorías que explican la motivación centrándose en el contenido, en qué es lo que nos motiva y otras que se centran en el cómo nos motivamos, en el proceso. Ambas posturas son complementarias. Aún a sabiendas de que muchas son difíciles de poner "a secas" en un grupo u otro vamos, a continuación, a abordar las centradas en el proceso.
5.2.1.- Teorías de la Motivación centradas en el Proceso.
5.2.1.1.- Teoría de la Disonancia Cognitiva.
Leon Festinger (1957) desarrolla su Tª de la Disonancia Cognitiva en un intento de explicar la influencia de la motivación sobre el cambio de actitud de los individuos. Básicamente, y según esta teoría, la motivación viene a ser la consecuencia de tener 2 o más conceptos "disonantes" en nuestra mente (Disonancia Cognitiva) en el sentido de hacerlos "consonantes" entre sí. Estos conceptos, obviamente, tienen un componente social muy importante, por lo que es de aplicación en la interacción que se da entre individuos y grupos respecto a otros individuos y grupos de una organización o sociedad.
Según Festinger, sería la relación disonante la que tiene carácter motivacional pues suscita una actividad en el individuo para intentar eliminarla, o bien minimizarla lo máximo posible, dado que la persona tiende a buscar un estado de congruencia y, por tanto, de equilibrio.
5.2.1.2.- Teoría de la Motivación Social.
De igual modo que Festinger, McClintonck (1972 en Robbins, 1987) desarrolla una Tª de la motivación social. Por ello, coincide con el primero en su estudio de la conducta social, pero la diferencia aparece cuando McClintonck habla de interdependencia entre los actores sociales en lugar de interacción, como apuntaba Festinger.
Según Morales (en Fernández Trespalacios, 1985 vol. II, 105) esta teoría describe las dos características principales de la conducta social del modo siguiente:
1.- Los individuos nos fijamos unos fines y resultados, que preferimos de entre una serie de alternativas posibles. Junto a ellas no hay que olvidar los medios, alternativos también, que se usan para alcanzar dichos fines y resultados.
2.- Lo dicho en el punto anterior de desarrolla "dentro de una matriz social", y esta consideración es muy significativa pues implica una entrada en el "dualismo", dado que hace referencia a dos personas, como mínimo. McClintonck señala que la persona no sólo debe tener en cuenta sus alternativas de conducta y resultados, sino también los fines y medios alternativos de las demás personas, puesto que estos últimos tienen repercusiones en sus propios resultados.
Así, la descripción del término interdependencia, como se refleja en el punto anterior, se estaría refiriendo a la relación reciproca entre los fines y resultados de los individuos que actúan en una interacción, quedando determinados correlativamente.
En el planteamiento de McClintonck vemos que los individuos optan entre varias alternativas, tanto para elegir sus fines como entre los medios para poder alcanzarlos. El autor se apoya en el concepto de "valor" para explicar el por qué de la elección entre varias opciones. Este concepto no es nuevo en el estudio de la motivación, y hace referencia al coste que la persona adjudica a las distintas conductas.
Al igual que otros autores, McClintonck señala que todas las alternativas de que dispone el individuo, tanto para elegir sus fines como para elegir los medios, no poseen el mismo valor para él. Por tanto, se elegirá la alternativa que tenga mayor valor subjetivo para la persona. Como apunta Morales (en Fernández Trespalacios, Vol. II, 1985, 107) el valor tiene, a la vez, dos elementos: 1).- La Utilidad Subjetiva: cuán recompensante sea la alternativa para la persona, 2).- La Expectativa: la probabilidad percibida de conseguir el resultado coligado a dicha alternativa. Así el valor es el resultado de multiplicar ambos componentes: V= u x e
Para explicarlo, el autor recurre a una de las matrices usadas en la
Teoría de Juegos para ilustrar el comportamiento de las personas
que interaccionan en un contexto dado. En ella, la persona no actúa
sólo contemplando sus resultados, sino teniendo en cuenta también
los resultados de la otra persona. Ello queda ilustrado en el juego denominado
"maximización de la diferencia", donde dos personas, A y B, interactúan,
y cuya matriz es como sigue:
Figura 5.2: Matriz Social. Fuente: Morales en Fdez. Trespalacios, 1985, 106)
A simple vista podríamos pensar que ambos individuos elegirían la interacción a1- b1, puesto que de ese modo los dos consiguen el máximo beneficio, no sólo conjunto sino también el máximo beneficio absoluto. Sin embargo, resultados de diversas investigaciones nos muestran que los sujetos eligen otras opciones. Por ejemplo que el individuo A tiende a elegir la alternativa a2 y el individuo B tiende a elegir b2. Estos resultados sugieren que las personas estamos motivadas no sólo a conseguir el mayor beneficio propio, sino también a obtener, en determinados momentos, ventaja sobre la persona con la que interactuamos; aunque ello suponga una pérdida en el beneficio absoluto.
Finalmente, pues, existen 4 "estrategias" que las personas utilizan:
1.- Maximización de la propia Ganancia o Individualismo: esta motivación llevaría a los individuos a intentar conseguir su máximo beneficio sin tener en cuanta los resultados de las personas con las que interactúan.
2.- Maximización de la ganancia conjunta o Cooperación: es la tendencia que tiene un individuo a incrementar sus beneficios, así como los beneficios de los demás sujetos con los que interactúa.
3.- Maximización de la ganancia relativa o Competencia: la orientación motivacional sería intentar aumentar, en su beneficio, las diferencias entre los resultados obtenidos por la persona y los demás interactuantes.
4.- Maximización de la ganancia del otro o Altruismo: esta motivación llevaría al individuo a incrementar la ganancia de las demás personas con el deterioro de sus propios intereses.
5.2.1.3.- Modelo Contingencial de Expectativas-Valencias.
Como desarrollo más conseguido en el ámbito organizativo, en la línea de la teoría anterior, y relacionando la motivación con el nivel de productividad en la empresa, el origen de este modelo se debe a Victor Vroom (1964), y fue reelaborado por Lawler y Sutler (1973). En este enfoque la productividad en la empresa depende de tres fuerzas básicas:
1.- Los objetivos individuales, o sea la fuerza de deseo de obtener objetivos.
2.- La relación percibida entre productividad y el alcance de los objetivos individuales.
3.- La capacidad del individuo para influir su propio nivel de productividad, en la medida en que él crea que puede influenciarlo.
Así que nos encontramos con tres componentes:
1.- La Expectancia, que es la capacidad subjetivamente percibida por un individuo para influir sobre su propio rendimiento laboral. Se mide en términos de probabilidad, oscilando pues entre 0 y 1.
2.- La Instrumentalidad, que es la relación subjetivamente
percibida entre variaciones en el rendimiento y los resultados (remuneraciones)
deseados. Se mide en términos de correlación y su rango oscila
pues entre -1 y +1.
3.- La Valencia, el valor atribuido por el sujeto a los resultados
finales.
Así, el nivel de esfuerzo que una persona empleará
en el desempeño de una tarea es una función multiplicativa
de la expectancia, la instrumentalidad y la valencia. Figura
5.3: Modelo de Expectativas-Valencias. Fuente: Hellriegel
& Slocum, 1974 en Chiavenato, 1988, 71 y
elaboración propia
Llamemos (E --> A) a la expectancia, (I --> R) a la instrumentalidad, V a la valencia y Ne al nivel de esfuerzo. Analíticamente quedaría:
Ne = å [(E --> A) · (I --> R) · V]
5.2.1.4.- Teoría de la Equidad.
Esta teoría motivacional parte del principio de Equidad. Este
se podría resumir del modo siguiente: las personas deben recibir
por el desempeño de una tarea una recompensa que sea proporcional
al esfuerzo invertido en su realización. De este modo, un trabajador
espera recibir una remuneración que se ajuste a su rendimiento y
que no difiera de la remuneración que reciben los compañeros
que desempeñan la misma tarea. Cuando el individuo, por medio de
la comparación social, descubre que no se cumple lo anterior sufre
una "disonancia cognitiva" que hace de fuerza motivadora para intentar
restablecer la equidad.
De este modo, como señala Robbins
(1986, 137), si entendemos que la razón entre nuestro esfuerzo y
resultado es igual a la razón entre el esfuerzo y resultado de las
personas con las que nos comparamos es la misma, nos encontramos ante una
condición de equidad. Si no existe dicha igualdad, desaparece la
equidad. En la tabla siguiente Robbins describe las diferentes situaciones
que pueden aparecer: Tabla 5.3.- Equidad, Comparación
y Percepción. Fuente: Robbins, 1986, 137
COMPARACIONES DE RAZÓN | PERCEPCIÓN |
O/IA < O/IB | Disonancia debida a una menor remuneración. |
O/IA = O/IB | EQUIDAD |
O/IA > O/B | Disonancia debida a una mayor remuneración. |
O/IA = representa a la persona que compara.O/IB = representa a las personas con las que se compara. |
El autor que formuló de forma más completa esta teoría fue Adams en 1965; este autor postula que cuando la persona percibe la desigualdad entre él y su igual (aparece la disonancia) intentará solucionar la situación, de forma que restablezca la equidad. Para ello, como resume Fernández de Miguel (1993, 668), puede elegir las opciones siguientes:
1.- Reajustar los "Inputs": si considera que recibe menos recompensa que la otra persona puede disminuir la cantidad o calidad de su rendimiento. Si por el contrario considera que recibe mayor recompensa intentará aumentar su contribución.
2.- Modificar los "Outputs": el individuo pedirá mayor remuneración, bien sea económica o de otro tipo.
3.- Corregir las Actitudes: la persona altera la percepción que tiene sobre la retribución o bien sobre la aportación del otro individuo o la suya misma.
4.- Variar la Persona de Referencia: el sujeto cambia el "objeto de comparación" en su intento de restablecer la equidad.
5.- Abandonar el Puesto de Trabajo: la persona al sentir que no son tratadas de un modo equitativo pueden llegar a abandonar la empresa.
Un factor importante en la teoría de la equidad es el referente, es decir la(s) persona(s) con la(s) que nos comparamos. Robbins (1986, 138) señala que se puede hablar de tres categorías de referentes que serían: "otro", "sistema" y "yo". Los elementos que intervienen en la elección de un referente son la información que se posee de ellos y la importancia con que los percibe el sujeto. A continuación los describiremos brevemente:
- La categoría de "Otro" serían las personas que desempeñan puestos análogos en la empresa y también a vecinos y amigos.
- La categoría de "Sistema" sería la política de sueldos y la administración del sistema. Los precedentes en cuanto a remuneración dentro de la empresa son muy importantes.
- La categoría de "Yo" se refiere a las razones (O/IA) esfuerzo-recompensa que son de la persona misma y que son distintas de las que posee en la actualidad.
5.2.2.- Teorías basadas en el Contenido.
5.2.2.1.- La Jerarquía de Necesidades de Maslow.
Esta conocida teoría propugna que la motivación es función de las Necesidades humanas y que estas pueden clasificarse según una jerarquía evolutiva. Así, plantea la existencia de una función evolutiva creciente a través de ciertas etapas o niveles, por la cual pasamos todos los individuos, grupos o sociedades. Hasta que un nivel de necesidad inferior en jerarquía no esté cubierto, el nivel superior queda vedado (y, por tanto, no motiva). A su vez, cuando una necesidad está cubierta deja de ser motivadora de comportamientos para dejar a la siguiente en jerarquía que sea la que motive. En principio, Maslow identificó 5 niveles de necesidad que, a su vez, agrupó en dos grupos: las Primarias (más ligadas al nivel biológico y a la supervivencia) y las Secundarias (más relacionadas con los aspectos sociales) (Maslow, 1954, 1970)(3):
1.- Necesidades Fisiológicas: Hambre, Sed, Sexo, Abrigo, etc.
2.- Necesidades de Seguridad: Seguridad Física (preservación del organismo), seguridad psicológica de conservación de la personalidad, identidad propia, sentirse dueño de su destino etc.
3.- Necesidades Sociales: Integrarse en un grupo, de amar y ser amado (Familia, Pareja, Amistad), asociarse con sus semejantes. La ayuda, la pertenencia, el sentido comunitario... etc. Siguiendo a Maslow, pueden subdividirse en las de Amor y las de Pertenencia. Las de amor suponen dar y recibir afecto.
"Cuando están insatisfechas una persona sentirá intensamente la ausencia de amigos, de compañero o de hijos. Tal persona tendrá hambre de relaciones con las personas en general -de un lugar en el grupo o la familia- y se esforzará con denuedo por conseguir esa meta." (Maslow, 1970, 29).
En cuanto a las de pertenencia tienen que ver con:
" ... quedarse sin raíces o de menospreciar las propias raíces, los propios orígenes o el propio grupo; de ser separado de la propia familia y hogar, amigos y vecinos; de ser transeúnte o recién llegado en vez de nativo. Todavía relegamos la profunda importancia de la vecindad, del territorio propio, del clan propio, del propio «estilo», de la propia clase, de la pandilla propia, de los compañeros cotidianos de trabajo. Y hemos olvidado enormemente nuestras profundas tendencias animales de rebaño, manada, de agruparse, de pertenecer." (Maslow, 1970, 29)
4.- Necesidades de Estima: Estima de sí mismo, status y rango social, dignidad personal, ser considerado, admirado y respetado, sentir que sus objetivos personales son válidos. La estima que los otros tienen por nosotros, etc. Maslow distingue también dos conjuntos subsidiarios en este nivel(4):
a.- El Deseo de Logro, fuerza, adecuación,
maestría
y
competencia,
confianza
ante
el mundo, independencia
y libertad.
b.- El Deseo de Reputación o prestigio(definiéndolo
como un respeto o estima de otras personas), el status, la fama
y
la gloria, la dominación,
el reconocimiento, la atención,
la importancia, la dignidad
o
el aprecio. (Maslow, 1970, 30-1).
5.- Necesidades de Autorrealización:
de evolución personal, de superarse y ampliar los límites
de sí mismo y utilizar todas sus capacidades, dar sentido a las
cosas, su razón de ser etc. Figura 5.4: La Jerarquía
Inicial de Necesidades de Maslow (1954).
Como hemos dicho, cuando las más básicas (comida, casa, seguridad física etc.) están cubiertas, el hombre pasa a desear las inmediatamente superiores a ellas. La no obtención de una de estas necesidades (o motivaciones), impide (según Maslow) el paso de la conciencia humana al nivel jerárquico superior.
5.2.2.2.- Teoría ERC de Alderfer.
Reformulando la anterior jerarquía de Maslow, Alderfer postula la existencia de tres necesidades fundamentales: Existencia, Relación y Crecimiento, de ahí su nombre (ERC).
Sin embargo, la diferenciación con aquel autor va más allá de una mera simplificación o reconceptuación. Para esta concepción se demuestra que:
a.- Es posible que al mismo tiempo esté en operación más de una necesidad.
b.- Si se reprime la satisfacción de una necesidad superior, aumenta el deseo de una inferior.
5.2.2.3.- Teoría de los Dos Factores de Herzberg.
Mientras que los enfoques de Maslow y Alderfer se centraban en el interior del individuo (intra-orientada), la de Herzberg (1959, en Chiavenato, 1988, 63) se centra en el ambiente externo y en el trabajo del individuo (enfoque extraorientado). Consta de dos factores (Chiavenato, 1988, 63-68):
1.- Factores Higiénicos o Insatisfactores. Cuando faltan, generan insatisfacción, mientras que aumentarlos más de cierto límite no genera satisfacción, sino que sólo evitan la insatisfacción. Están relacionados con las necesidades primarias (y parte de las sociales secundarias) de Maslow. Son:
1.- Condiciones de trabajo y comodidad
2.- Políticas de administración y de organización
3.- Relaciones con el supervisor
4.- Competencia técnica del supervisor
5.- Salarios
6.- Seguridad en el cargo
7.- Relaciones con los colegas
2.- Factores Motivadores o Satisfactores: que generan satisfacción en el cargo y mejorías en el desempeño. Están relacionados con las necesidades más elevadas de la jerarquía de Maslow. Son:
1.- Delegación de la responsabilidad
2.- Libertad de ejercer discreción
3.- Promoción
4.- Uso pleno de las habilidades
5.- Establecimiento de objetivos y evaluación relacionada con ellos
6.- Simplificación del cargo por el propio ocupante
7.- Ampliación o enriquecimiento del cargo (vertical y horizontalmente).
Lo fundamental de esta teoría es que estas necesidades son independientes
de modo que, en una organización y de acuerdo a esta teoría,
podría darse el caso de encontrarse a individuos satisfechos e insatisfechos
a la vez y viceversa.
Así tenemos dos continuos ortogonales o independientes: Figura 5.5: Modelo de Herzberg. Fuente: Chiavenato, 1988, 66.
5.2.2.4.- Teoría de las Tres Necesidades de McClelland.
David McClelland (1961) encontró tres necesidades fundamentales (Robbins, 1986, 131-132):
1.- Necesidad de Logro. Impulso de sobresalir, de alcanzar el logro en relación con un conjunto de niveles, de luchar por tener éxito. Los individuos orientados por la necesidad de logro (nLog):
1.- Quieren hacer bien las cosas.
2.- Buscan situaciones donde puedan asumir la responsabilidad personal de encontrar soluciones a los problemas.
3.- Que tengan retroalimentación inmediata sobre su rendimiento.
4.- No les gusta el éxito por casualidad, sino a causa de ellos mismos.
5.- Buscan términos medios de dificultad, riesgo y de probabilidad de éxito en las tareas.
2.- Necesidad de Poder. Necesidad de hacer que otros realicen una conducta que de lo contrario no hubieran observado. Los orientados por la necesidad de poder (nPo):
1.- Desean tener influencia y controlar a la gente.
2.- Gustan de "ser jefes" e influir en otros.
3.- Prefieren situaciones competitivas orientadas al status y el prestigio, más que por dar un rendimiento adecuado.
3.- Necesidad de Afiliación. El deseo de establecer relaciones interpersonales amistosas y estrechas. Los orientados por la necesidad de afiliación (nAf):
1.- Desean gozar de la apreciación y apoyo de la gente.
2.- Luchan por conquistar la amistad.
3.- Prefieren situaciones de cooperación que de competencia.
4.- Desean relaciones que requieran un alto grado de comprensión mutua.
Basándose en la Motivación de Logro, este autor llegó a construir una teoría sobre el génesis del sistema capitalista. Como es sabido, McClelland descubrió que existía un diferencia entre los países católicos y los protestantes en cuanto a la valoración de que, desde una edad temprana, los hijos adoptaran situaciones de independencia y de "valerse por sí mismos" (Belloch y Báguena, 1985, 155). Sus conclusiones fueron:
1.- El protestantismo está directamente relacionado con un aprendizaje temprano de la independencia.
2.- El aprendizaje temprano de esta está relacionado con la elevada motivación hacia el logro de los niños.
3.- La Necesidad de Logro está muy relacionada con el crecimiento económico.
4.- La aparición del protestantismo está muy relacionado
con el crecimiento económico. Esto se ilustra en la figura 5.6.
Figura 5.6: Relación Entre el Protestantismo y
el Capitalismo.
Fuente: McClelland, 1961, 1969 en Belloch y Báguena,
1985, 156 y elaboración propia.
Como afirma Morales, este diagrama modificaba, o ampliaba como variables intervinientes si se quiere, la hipótesis de Max Weber que afirmaba que A -----> D, es decir, que era el protestantismo el que determinaba el capitalismo (Morales, 1985 en Fdez. Trespalacios Vol II, 99).
Siguiendo a McClelland, como veremos más adelante, la motivación de logro (prácticamente idéntica a la de Maslow) constituye de hecho, para nosotros, la contrapartida motivacional del mecanismo de coordinación de Mintzberg "normalización de outputs" y también del estadio "económico" de nuestro continuo de relaciones.
Recapitulando, y en un intento de "cruzar" distintas disciplinas, podríamos encontrar, a nuestro parecer, una analogía entre ciertas teorías de la motivación y los conceptos económicos de complementariedad, sustituibilidad e independencia. Nuestra aportación se traduciría en una clasificación de 3 de estas teorías basadas en el contenido utilizando los conceptos microeconómicos de bienes sustitutivos, complementarios e independientes. Si atendemos a esta taxonomía tendríamos a la de Maslow como Complementarias), la de Alderfer como Substitutivas y la de Herzberg como Independientes.
En cuanto al modelo de Maslow, como puede observarse, puesto que la motivación por medio de una necesidad superior requiere de la satisfacción de una inferior, cabe calificar esta teoría como de Necesidades Complementarias (correlacionan positivamente): la satisfacción creciente de una de ellas promueve la motivación por la superior en jerarquía.
Reformulando la anterior jerarquía de Maslow, ya dijimos que Alderfer postuló la existencia de tres necesidades fundamentales: existencia, relación y crecimiento, de ahí su nombre (ERC). Y también explicamos que al mismo tiempo esté en operación más de una necesidad y que si se reprime la satisfacción de una necesidad superior, aumenta el deseo de una inferior. De este modo, para Alderfer, cabría hablar de Necesidades Substitutivas, en el sentido de que la satisfacción de una necesidad correlaciona negativamente con la motivación por otra.
Finalmente, para Herzberg, y como expusimos, existen dos tipos de necesidades (Higiene y Motivadoras), las cuales eran dos continuos ortogonales o independientes. Ello basta para justificar que las denominemos Necesidades Independientes.
Por otro lado, y a nuestro juicio, si exceptuamos las teorías instrumentalistas que no contemplan el qué nos motiva (centradas en el proceso), todas las teorías citadas pueden considerarse, básicamente, desarrollos de la teoría de Maslow. Que la necesidad más estudiada sea la de logro (una de las subdivisiones de las necesidades de Status o Ego de Maslow) no hace sino abundar en nuestra opinión de que, hablando globalmente en términos de necesidades, la Economía, es la historia de la Necesidad de Logro. Así que, para la sistematización que pretendemos hacer, nosotros vamos a centrarnos en el clásico trabajo de Maslow (1954, 1962, 1971) sobre las Necesidades Humanas que ya comenzamos a citar en el capítulo 2 con Morgan.
5.3.- Una Revisión de la Jerarquía de Necesidades de Maslow.
Pocas teorías han resultado ser tan fructíferas para la Ciencia Social como esta jerarquización de necesidades de Abraham H. Maslow. Pero, antes de seguir adelante, creemos conveniente "sumergirnos" un poco en su "representación", en el sentido que estamos sosteniendo, de la Ciencia y el mundo. Puesto que se le conoce como el fundador de humanismo(5) en Psicología, su visión de la Ciencia era también muy "humana" en todos los sentidos. Así que permítasenos una muy breve semblanza biográfica que consideramos útil.
Curiosamente la corroboración empírica de su investigación recibió, a juicio de este autor, su espaldarazo definitivo cuando, en los ocho últimos años de su vida, tuvo contacto con la Dirección de Empresas. Como relata Robert Frager en el prefacio a la definitiva edición de su libro "Motivación y Personalidad" (1970), ello se produjo cuando, en 1962, llegó como visitante a Non Linear Systems, una empresa californiana de alta tecnología. Allí encontró el verdadero "laboratorio", descubriendo en las organizaciones modernas el laboratorio más válido para la investigación social. De este modo, Maslow vio en Non Linear Systems la oportunidad de aprender y contrastar empíricamente (según su interpretación de lo empírico) sus teorías (Frager en Maslow, 1970, LIV).
Nuestra opinión personal, aunque bastante contrastable, es que la síntesis de la obra de este autor podría resumirse en su fascinación por lo que él denominó "el hombre autorrealizado". Ello comienza con sus estudios universitarios y al percatarse de la existencia de ciertos profesores suyos completamente "distintos" de los demás (en este caso Max Wertheimer -cofundador de la Psicología Gestalt- y Ruth Benedict -antropóloga) (Frager en Maslow, 1970, LII). Ellos comunicaban y hacían surgir el entusiasmo y la atención en los alumnos de modo inusual, eran "algo más que personas". El comienzo de su investigación lo constituyó el darse cuenta de que, aún siendo dos personas totalmente distintas, sus modelos "podían generalizarse" (Maslow, 1970, LII).
Este trabajo, además de ampliarlo con aportaciones personales, pretende retomar este tema central, con sus últimas reformulaciones, para fundamentar con profundidad una eventual nueva ciencia que explicara el comportamiento social, tradicionalmente atribuido a ciencias como la Psicología, la Economía y la Sociología, añadiéndoles una necesaria visión organizativa y ecológica. Así comenzaremos ampliando la necesidad que ocupó la mayoría de la investigación de Maslow: la 5ª necesidad de autorrealización.
5.3.1.- ¿Qué es la Autorrealización?
Tradicionalmente, la autorrealización ha sido interpretada como inextricablemente ligada a la personalidad del individuo, de modo que conceptos como la motivación han sido contemplados como emanados de un yo individualista. Desde luego, este "Ego" se ve motivado por necesidades cada vez más elevadas, pero siempre centradas en sí mismo. Maslow ha sido también asociado a este concepto de modo inequívoco.
Sin embargo, suele pasarse por alto las prevenciones que el mismo Maslow tuvo desde un principio sobre el término "necesidad" cuando intentaba redefinirla, en los estadios superiores como "metanecesidad" y al distinguir entre motivación por deficiencia y motivación por desarrollo (Maslow, 1968, 51-79). El concepto de "autorrealización" fue asimismo muy criticado por su mismo autor:
"(...) aparte de su torpe acuñación literaria, dicho término ha demostrado deficiencias imprevistas, como la de al parecer
a) implicar egoísmo más bien que altruismo,
b) menospreciar los aspectos del deber y dedicación a las funciones vitales,
c) pasar por alto los vínculos que nos unen a los demás y a la sociedad, así como la dependencia de la realización individual respecto a una «buena sociedad»,
d) pasar por alto el carácter solicitatorio de la realidad no-humana y su fascinación e interés intrínsecos,
e) pasar por alto la superación del yo y la autotrascendencia,
f) subrayar, por implicación, la actividad frente a la pasividad o receptividad" (Maslow, 1968, 15-16).
Además, y abundando en lo dicho, cuando Maslow intentaba describir, según las teorías psicológicas al uso, a las personas que se autorrealizan, tropezó con que los conceptos de motivación existentes adolecían de toda idoneidad para una explicación satisfactoria:
"...uno de los problemas que se me presentaron..., fue la vaga percepción de que su vida motivacional era, en algunos aspectos importantes, distinta de cuanto yo había aprendido. Al principio la describí como expresiva más bien que combativa, pero ello no era del todo exacto como regla absoluta. Después señalé que era inmotivada o metamotivada (más allá del esfuerzo) más bien que motivada, pero esta afirmación estaba tan esencialmente fundada en la teoría de la motivación comúnmente aceptada, que las dificultades igualaban o superaban la ayuda que pudiera aportar." (Maslow, 1968, 110-1).
Y sigue:
"Todo esto es consecuencia de la aceptación universal como axioma a priori, aunque errónea, de que todo comportamiento está motivado." (Maslow, 1968, 112).
Señalemos que no pocas referencias académicas, directas o indirectas, a Maslow lo citan como uno de los defensores de que "todo comportamiento es motivado" cuando, en realidad, fue uno de los precursores de una "nueva" concepción del ser humano en la cual lo más característico de este era lo "meta-motivacional".
Insistamos en que a Maslow le interesó ver cómo eran los seres humanos que habían llegado a este grado y qué rasgos les distinguían de los otros niveles. Y una de las peculiaridades fundamentales halladas en estas personas era lo que él bautizó como "Peak Experience": "Experiencia Cumbre". Este fenómeno fue hallado en muchas de las personas que él calificó de "autorrealizadas": la descripción de una "experiencia" singularmente importante y sorprendentemente parecida en personas pertenecientes a quehaceres e incluso culturas distintas en extremo. Este evento, que se daba de forma discreta e imprevisible, normalmente modificaba drásticamente la conciencia y los esquemas básicos de entender la vida de sus experimentadores. Veamos, a continuación, su descripción.
5.3.2.- La Experiencia Cumbre y el Conocimiento S.
Teniendo estas precisiones bien en cuenta, bautizó el conocimiento peculiar que se daba en esta experiencia como "Conocimiento S", conocimiento del "ser". Sus características más relevantes son las siguientes (Maslow, 1968, 112-138):
1.- En el conocimiento-S, la experiencia del objeto tiende a ser vista como un todo global, como una unidad completa, abstraída de cualquier relación, de cualquier posible utilidad, conveniencia o finalidad.
2.- En el conocimiento-S, lo percibido es captado completa y exclusivamente. A este fenómeno podríamos denominarlo "Atención Total".
3.- Las personas que se autorrealizan tienen más posibilidades de contemplar el mundo como algo independiente, no sólo de ellas, sino de los seres humanos en general. Puede evitar con más facilidad la proyección sobre ella de finalidades típicamente humanas. Ello nos capacita para percibir con mayor fidelidad la naturaleza del objeto en sí mismo.
4.- El repetido conocimiento-S parece enriquecer la misma percepción, en contraste de la percepción normal donde, la repetición hace cada vez más vacía de contenido el objeto.
5.- La percepción puede relativamente trascender el ego, ignorar sus propios intereses y ser altruista, inmotivada, impersonal, carente de deseos, no basada en la necesidad, independiente. (Recuérdese que, según la psicología académica, no existe conducta sin motivación y sin ego como centro).
6.- La experiencia cumbre es sentida como un momento autovalidante y autojustificado que contienen en sí mismo su propio valor intrínseco. Es decir, se trata de un fin en sí mismo, una experiencia-finmás bien que una experiencia medio. (Contrástese con la extendida creencia paradigmática de que todo comportamiento es instrumental, teleológico, dirigido a un fin).
7.- En todas las experiencias cumbre estudiadas, se da una desorientación muy característica con respecto al tiempo y al espacio, se podría decir que la persona está fuera del tiempo y del espacio. En el furor creativo, el poeta o el artista se olvida de sus alrededores y del paso del tiempo. Con frecuencia, al volver en sí, tiene que sacudir su cabeza para recobrar el sentido de la orientación.
8.- La experiencia cumbre se muestra sólo como buena y deseable y jamás como mala o indeseable. Es placentera "gozosa" en un sentido ontológico. Hacen que se confundan el "es" y el "debería ser". (Esto recuerda a las tesis de Platón y Aristóteles de que el "arché" supremo es el bien). Así puestos, los valores-S son:
1.- totalidad (orden, superación de la dicotomía), 2.- perfección, 3.- consumación (destino, hado), 4.- justicia, 5.- vida, 6.- riqueza, 7.- simplicidad, 8.- belleza, 9.- bondad, 10.- unicidad, 11.- carencia de esfuerzo, 12.- alegría, 13.- verdad, 14.- autosuficiencia.
9.- Las experiencias cumbre son más absolutas y menos relativas, mientras que las normales están inmersas dentro de la historia y la cultura así como las cambiantes necesidades humanas. No es de extrañar que Aldous Huxley la haya llamado "La Filosofía Perenne". Los grandes creadores han descrito sus momentos creativos en términos casi idénticos, ya fueran poetas, químicos, escultores, filósofos o matemáticos.
10.- El conocimiento-S es mucho más pasivo y receptivo que el ordinario. Este último supone una elección del contenido a percibir (atención selectiva) y exige un estado de alerta, vigilancia y tensión siendo pues, fatigoso. En el primero, sin embargo, se da, como Krishnamurti (1954, en Maslow, 1968, 127) lo describe, una "conciencia sin elección".
11.- La reacción emocional en la experiencia cumbre posee un sabor especial de admiración, pasmo, reverencia, humildad y rendimiento ante la experiencia como ante algo grande. A veces incluye un toque de miedo agradable de ser anonadado. Los examinados por Maslow lo describen como que "es demasiado grande para mí", "es más de lo que puedo soportar" o "es demasiado maravilloso. Podría morir en este mismo momento".
12.- En algunas descripciones, como la mística, religiosa o filosófica, la totalidad del mundo es contemplada como unidad, como una entidad simple, viva y de gran riqueza. En otras, particularmente en las amorosas y las estéticas, una pequeña parte del mundo es percibida como si por el momento fuera el mundo en su totalidad.
13.- En las personas que se autorrealizan se encuentra una capacidad simultánea de abstraer sin renunciar a la concreción y la capacidad de ser concreto sin renunciar a la abstracción. Este tipo de percepción ideográfica ha sido descrito por Northrop (1946, en Maslow, 1968, 131) como el núcleo de lapercepción estética. Para la mayor parte de filósofos y artistas, percibir a una persona concretamente, en su unicidad intrínseca, es percibirla estéticamente. Pero esto se da en todas las experiencias cumbre.
14.- En los niveles más altos de la madurez humana, se fusionan, trascienden o resuelven muchas dicotomías, polaridades y conflictos. Las personas que se autorrealizan son a la vez egoístas y desinteresadas, dionisíacas y apolíneas, individuales y sociales, racionales e irracionales, en comunidad con los demás y desligados de ellos, etc.
15.- La persona que se encuentra en la cumbre deviene deiforme, no sólo en los sentidos ya tratados, sino también en algunos otros aspectos, como la aceptación completa, amorosa, no condenatoria, compasiva y quizás gozosa del mundo y la persona, por mala que pueda parecer en un momento de normalidad.
16.- La percepción en los momentos cumbre muestra una fuerte tendencia a ser ideográfica y no clasificatoria.
17.- Un aspecto de la experiencia cumbre es la pérdida completa, aunque momentánea de todo temor, ansiedad, inhibición, defensa y control, un cese de toda renuncia, demora y coerción.
18.- Parece existir una especie de paralelismo o isomorfismo dinámico entre lo interior y lo exterior. Así como el Ser esencial del mundo es percibido por la persona, de manera concurrente ésta se aproxima a su propio ser.
En cuanto a este tipo de experiencia, Maslow nos previene de caer en el patrón atávico de encasillarla dentro de fenómenos místicos o paranormales:
"Es muy importante separar esta experiencia de cualquier referente teológico o sobrenatural, aunque durante miles de años se haya asociado con tales cosas. Por ser ésta una experiencia natural, si bien dentro del terreno de la ciencia, yo la llamo experiencia límite." (Maslow, 1970, 212)
5.3.3.- Autorrealización y Personalidad.
De este modo, Maslow en una investigación realizada junto a E. Raskin y D. Freedman (1970) llegaron a una descripción de la personalidad de los hombres autorrealizados. Los rasgos que, según los autores, describirían a estos individuos serían los siguientes:
1.- Percepción de la Realidad: presentan una mayor aptitud para realizar juicios certeros sobre las personas. Del mismo modo, su habilidad para detectar los aspectos deshonestos y ruines de la personalidad era muy superior a la media. Otro aspecto a destacar era su acierto a la hora de predecir el futuro. Estas predicciones solían carecer de influencias propias del carácter del mismo. Su relación con lo desconocido, al contrario que el resto, era muy positiva; se podría decir que disfrutaban ante lo misterioso e ignoto.
2.- Aceptación: "... les resulta fácil aceptarse a sí mismos y a su propia naturaleza sin lamentarse... miran al mundo con ojos grandes e inocentes, ni críticos ni exigentes, simplemente percibiendo y observando lo que sea, sin discutirlo o exigir que sea de otro modo..." (Maslow 1970, 201). Señala el autor que en relación con la aceptación estos individuos presentan una excepcional falta de autodefensa o fingimiento neurótico respecto a sus actos. Asimismo, sienten verdadera repulsión ante las personas que manifiestan estos comportamientos.
3.- Espontaneidad: son personas poco convencionales (más en sus opiniones y pensamientos que en su conducta manifiesta), siendo la sencillez y naturalidad los acompañantes de sus actos. Aunque suelen ser los individuos más éticos, su moral nada tiene que ver con la del resto de la comunidad. Maslow apunta nuevamente que la motivación de las personas autorrealizadas no responde a la satisfacción de las necesidades. Para ellos la motivación sería la madurez y desarrollo del carácter.
4.- Centrarse en Problemas: parecen ser personas que tienen una misión impersonal en la vida. Sus temas de interés son filosóficos y su marco de referencia responde a la universalidad. Estas características hacen que su centro de interés sean los problemas que acontecen y raras veces ellos mismos.
5.- Soledad: no sienten sufrimiento alguno ante la soledad, más bien suelen disfrutar de ella con mayor asiduidad que el resto de personas. Como apunta Maslow (1970, 208): "... no necesitan a los demás en el sentido corriente... es evidente que el promedio de las personas no aceptarán su distanciamiento con facilidad ... tienen más «libre albedrío» y son menos «dirigibles» que la media".
6.- Autonomía: son personas autosuficientes que toman sus propias decisiones y que responden de sí mismos. Las opiniones del resto de personas no les influencian, ni tampoco dependen del cariño de los demás.
7.- Experiencias Límites (cumbres): como hemos comentado, Maslow entiende este tipo de experiencia como aquella en la que el ego es trascendido, producto de una intensificación de la vivencia. Aún así, el autor encontró que no todos los hombres autorrealizados habían tenido este tipo de experiencias. Esta diferencia la consideró muy significativa señalando que "... los autorrealizados sin experiencias límites tienden mucho más a ser personas prácticas y eficaces, mesomorfos que viven en el mundo y les va muy bien en él. Los de las experiencias límite también parecen vivir en el reino del Ser, de la poesía, la estética, los símbolos, la trascendencia, 'la religión' de lo místico..." Maslow (1970, 213). Posteriormente rebautizó a estos últimos como hombres Z, lo cual es abordado en el próximo apartado.
8.- Afinidad Humana: poseen un hondo afecto y simpatía por toda la humanidad. A pesar de que su comportamiento externo sea distante en algunos momentos, su afinidad con las personas es profunda. Este hecho no evita que en ocasiones sientan tristeza e incluso lleguen a irritarse ante lo que Maslow denomina "defectos del hombre medio".
9.- Humildad y Respeto: las personas autorrealizadas son democráticas en un sentido muy profundo. De este modo, "... Estos individuos, que son una élite en sí, eligen por amigos a una élite, pero ésta es de carácter, de capacidad y talento, y no de nacimiento, raza, sangre, familia, edad, juventud, fama o poder". Poseen "... la tendencia, ... de sentir un cierto respeto por cualquier ser humano por el simple hecho de serlo ... no parecen desear traspasar un punto mínimo, incluso con sinvergüenzas, de rebajar, de atentar contra la dignidad" (Maslow 1970, 215).
10.- Relaciones Personales: suelen tener seguidores o discípulos, aunque este tipo de relación no es del agrado del autorrealizado. Éste tratará de evitar las relaciones devocionales, sin embargo si se ve forzado a ellas tratará de ser afable. Puesto que sus relaciones son muy profundas no suelen tener muchos amigos. Un hecho a destacar es el gran afecto que sienten por los niños con los que se conmueven rápidamente. Por otra parte, "... sus relaciones hostiles hacia los demás son: 1) merecidas, y 2) por el bien de la persona atacada, o por el bien de otro" (Maslow 1970, 216).
11.- Fines y Medios: en la mayoría de las ocasiones, lo que para el resto de individuos serían medios, son fines en sí mismos para el autorrealizado. Estos disfrutan por el simple hecho de realizar algo y no por la consecución de la meta correspondiente. Se podría decir que sus acciones no son instrumentales sino finales.
12.- Humor: no suelen reírse de las mismas cosas que el resto de personas. Ni tampoco lo hacen con la misma frecuencia. Su humor responde a temas más bien filosóficos y no suele ser de carcajada. No suelen reír sino sonreír.
13.- Creatividad: en ellos "... es diferente a la de un talento especial del tipo de Mozart ... es más bien afín a la creatividad ingenua y universal de los niños no mimados ... Estas personas parecen ver lo verdadero y lo real con más facilidad. Debido a esto parecen creativos a otros hombres más limitados" (Maslow 1970, 220).
14.- Resistencia a la Enculturación: no suelen ser personas adaptadas a la cultura en un sentido profundo, aunque superficialmente sus actos responden a los patrones culturales del contexto social en el que se desenvuelven. Así, "... a casi ninguna de estas personas se les puede llamar rebeldes a la autoridad en el sentido adolescente o en sentido estricto ... La falta de dependencia de la cultura ... se refleja en la no dependencia de otras personas ..., como también en una menor necesidad de lo familiar y lo cotidiano, de lo que es habitual en el promedio de la gente" (Maslow 1970, 222).
15.- Imperfecciones: que el ser humano perfecto no existe es algo que parece querer dejar claro Maslow respecto a los autorrealizados. De este modo, defectos corrientes podemos encontrarlos en ellos: tozudos, aburridos, desconsiderados. El autor señala que pueden mostrar una crueldad imprevista. Asimismo, pueden sentir tristeza, culpa o conflictos pero nunca de un modo neurótico.
16.- Valores: debido a la diferencia de percepción de la realidad y de todo lo señalado anteriormente, los valores de estos individuos difieren de los del resto de personas. Estos valores son idiosincráticos y singulares, aunque la tolerancia sería el valor del que participarían la totalidad de estos individuos.
17.- Solución de Dicotomías: las polaridades no tienen sentido para los autorrealizados. Los actos/personas son buenos y malos o egoístas y no egoístas. "En estas personas, el ello, el yo y el superyo colaboran y son sinérgicos... Lo mismo sucede con lo cognitivo, lo impulsivo y lo emocional, que se funden en una unidad organísmica y en una interpenetración no aristotélica" (Maslow 1970, 230).
5.3.4.- La Necesidad de Trascendencia: la Teoría Y y la Z.
La jerarquía habitualmente conocida de Maslow terminaba en las de autorrealización citadas. Sin embargo, la exhaustiva investigación entre los autorrealizados reveló más tarde la existencia de dos grupos bien diferenciados dentro de ellos. Si bien todos tenían las experiencias cumbre anteriores, había un buen número que no sólo las tenía más frecuentemente, sino que les daba más importancia que el otro grupo y ello parecía producir características distintivas. A este ultimo grupo le denominó autorrealizadores "meramente sanos", propios del nivel 5º (y último de su primera jerarquía: la autorrealización), mientras que a los del nuevo nivel superior (el 6º) los llamó "trascendentes" (Maslow, 1971, 335-352).
En la literatura académica habitual suele ignorarse su última revisión de la pirámide con la añadidura de una "necesidad" más elevada. Pero, en efecto, la jerarquía citada fue modificada por Maslow en el último año de su vida. Como decimos, este descubrió que cabía distinguir entre los autorrealizados dos tipos bien definidos: el meramente sano y aquél que iba aún más allá de la autorrealización citada y "trascendía el Ego". Siguiendo la conocida clasificación que McGregor (1960) hizo de los estilos de liderazgo X e Y, asimiló los X a aquellos que aún no habían alcanzado el nivel de las necesidades de autorrealización (los 4 primeros niveles), el nivel Y a lo que ahora rebautizó como autorrealizadores "meramente sanos" y, como una extensión del mismo continuo, asignó la letra Z a aquellos que alcanzaban el nivel más allá de Y.
Quizás pudiera pensarse que tal nivel, por su sutileza cuasi-mística, no supondría ninguna aportación relevante a las ciencias sociales o de la empresa. Pero sorprendentemente, la aparición en las ciencias de la Organización de la "Teoría Z" vino de la mano de William Ouchi en 1981, después de su conocido estudio de las organizaciones japonesas (Ouchi, 1981). Su parecido con la teoría del mismo nombre de Maslow aplicada al individuo es alta. Sin embargo:
"La teoría Z de Maslow precedió en veinte años al bien conocido libro de Ouchi sobre las prácticas de la empresa japonesa, certeramente titulado Teoría Z (1981). Para nuestra sorpresa, no se hace ninguna referencia a Maslow en el libro de Ouchi." (Cox, en Maslow, 1970, 390).
Así vista, la tradicional pirámide de 5 niveles jerárquicos
quedó transformada en una de 6:
Tabla 5.4: Jerarquía Definitiva de Necesidades de Maslow. Fuente: elaboración propia desde Maslow, 1971.
6.- Trascendencia | Secundarias | Z |
5.- Autorrealización | Y | |
4.- Estima | X | |
3.- Sociales | ||
2.- Seguridad | Primarias | |
1.- Fisiológicas |
Maslow llegó a encontrar hasta 23 rasgos distintivos del Z respecto al Y. Algunas veces es una diferencia de grado, otras más radical. Entre ellos cabría destacar los siguientes (Maslow, 1971, 335-349):
1.- Para los Z, las experiencias cumbres y mesetarias se convierten en lo más importante de su vida.
2.- Hablan más fácil, natural, normal e inconscientemente el lenguaje del Ser (lenguaje-B), el lenguaje de los poetas, místicos, visionarios, personas profundamente religiosas ... etc.
3.- Perciben la realidad de forma unitiva o sagrada al mismo tiempo que la ven al nivel práctico o cotidiano.
4.- Están metamotivados mucho más consciente y deliberadamente, es decir, ven los valores del ser y les motivan más la belleza, la verdad, bondad, etc.
5.- Parece que se reconocieran e intimaran casi inmediatamente.
6.- Son más sensibles a la belleza.
7.- Son más holistas respecto al mundo. La humanidad es una y conceptos como el "interés nacional", la "religión de mis padres" o "diferentes grados de personas o de cociente intelectual" dejan de existir.
8.- Tendencia natural a la sinergia (intrapsíquica, interpersonal, intracultural, e internacional), en el sentido de trascender la dicotomía entre el egoísmo y la generosidad incluyendo a ambos bajo un concepto de orden superior.
9.- La trascendencia del ego se hace con mayor facilidad.
10.- No solo se hacen querer, sino que parecen más "de otro mundo", más terribles en el viejo sentido.
11.- Como consecuencia de lo anterior son más capaces de innovar, de descubrir lo nuevo, de hacer que lo que existe en potencia se realice.
12.- Son menos felices que los sanos, en el sentido de una especie de tristeza cósmica, debido quizás a que perciben lo que fácilmente "podría ser" y, desgraciadamente, no se lleva a cabo.
13.- Los conflictos debidos al inherente elitismo de toda doctrina de autorrealización son resueltas perfectamente por la capacidad de vivir simultánea en los niveles B y D de la realidad.
14.- Exhiben una correlación positiva, y no a la inversa como es habitual, entre el incremento del conocimiento y el incremento del misterio y del asombro. La mayoría de la gente considera que el conocimiento científico disminuye el misterio y, por consiguiente, el miedo, puesto que para la mayoría, el misterio engendra temor.
15.- Tienen menos miedo de los "chiflados" y "majaretas" que los demás, por lo que es muy probable que sean buenos selectores de gente creadora, lo cual también los haría los mejores directores de personal, selectores o consejeros.
16.- Están más "reconciliados con el mal " al verlo desde un estadio más alto, fruto de su conocimiento más profundo y, paradójicamente, más decididos a combatirlo.
17.- Se ven más como portadores de talento, instrumentos de lo transpersonal, lo cual produce una especie de desapego de sí mismo que a los no trascendentes puede parecer arrogancia, pomposidad o incluso paranoia.
18.- Tienden a ser más profundamente religiosos aunque desde un punto de vista convencional pueden parecer "antirreligiosos".
19.- Trascienden el Ego mientras que los Y son esencialmente "identidades fuertes", con un "Yo fuerte".
20.- Más experiencia de "talidad" que los demás: se quedan hipnotizados por los colores de un charco o el movimiento de una oruga.
21.- Mayor impulso a contemplar y examinar frente al común impulso de "hacer algo" al objeto.
22.- Son "postambivalentes" en el sentido de amor, aceptación y expresividad totales, incondicionales y sin conflictos, en lugar de la habitual mezcla de amor y odio que pasa por "amor", amistad, sexualidad, autoridad, poder, etc.
23.- Prefieren crecientemente ciertas clases de "metapaga" frente a la "paga" común.
La importancia de este nuevo nivel se revela tanto mejor cuanto que este autor descubrió que no sólo era característico de artistas, filósofos o místicos sino:
"Puesto que muchos tendrán dificultades en creerlo, debo decir explícitamente que he encontrado aproximadamente tantos autorrealizadores trascendentes entre los hombres de negocios, industriales, directores, educadores y políticos como entre los «religiosos» de profesión, los poetas, intelectuales y otros que se supone son autorrealizadores trascendentes y así se les etiqueta oficialmente". (Maslow, 1971, 348).
La razón de que este fenómeno no parezca ser más patente es esclarecida por Maslow:
"Cualquier sacerdote hablará de trascendencia incluso si no tiene la menor idea o experiencia personal de ella. Y muchos industriales ocultarán cuidadosamente su idealismo, sus metamotivaciones y sus experiencias trascendentes bajo una máscara de «dureza», «realismo», «egoísmo», y toda clase de términos que habría que poner entre comillas para indicar que sólo son superficiales y defensivos." (Maslow, 1971, 349).
Enfocándose en la Organización y Dirección de Empresas, Maslow
sintetizó, casi a título póstumo, las implicaciones
finales de esta nueva necesidad en su concepción "definitiva" de
los niveles de organización sociales y empresariales, sirviéndose
de una extensa tabla que, por su interés, reproducimos en su totalidad
a continuación. Esta tabla es una ampliación de otra inicialmente
hecha por Keith Davis (1967). Las aportaciones Maslow
se representan en cursiva.
Tabla 5.5: Niveles de Organización relacionados con otras variables jerárquicas. Fuente: Maslow, 1971, 350-352.Este autor amplia en cursiva el trabajo inicial de Davis, 1967 (6) .
¿Existe una Ciencia Z? Desde nuestro punto de vista sí. En Organización, este término podría utilizarse para todos los enfoques que citamos finalmente en el capítulo 4 como enmarcados dentro del nuevo paradigma (Lean Management, Dinámica de Sistemas de Senge -1990-, el Transformacional de Banner y Gagné etc. y, cómo no, la reciente Ciencia de la Complejidad y el Caos de Bueno -1993-, Levy, -1995-, Stacey -1995- y Thiétart -1995-). En Psicología, la Teoría Z de Maslow abrió la puerta a un cuarta fuerza. Recordemos que la orientación Humanista era considerada una "tercera fuerza" junto a los otros dos paradigmas dominantes: el Conductismo y el Psicoanálisis. Esta cuarta fuerza fue la Psicología Transpersonal.
Pero, podría objetarse: si la orientación humanista no alcanzó, para la mayoría, el status de ciencia ¿qué podría esperarse de la transpersonal? Afortunadamente los tiempos han cambiado y tal pretensión ya es totalmente posible si volvemos la vista a las ciencias naturales. Recuérdese cómo el cognitivismo cobró fuerte apoyo teórico y epistemológico con la aparición de ciencias como la cibernética, informática y todo el desarrollo tecnológico de los ordenadores (Galanter, Miller & Pribram, 1960). Todo ello ha auspiciado la aparición del, hoy omnipresente, paradigma del "Procesamiento de Información". Pero, por ejemplo, gracias a la Mecánica Cuántica, la Holografía o la "Resonancia Mórfica", en ciencias sociales ya puede hablarse del "paradigma de la formación o innovación", un paradigma "Z". Curiosamente, este nuevo paradigma viene de la mano de el mismo Pribram del 60, pero ahora en el 80 y 90: el Holográfico.
Y, de hecho, en el campo de la Psicología existe una aproximación mucho más completa que la de Maslow al vasto tema de la conciencia. Es aquella desarrollada por Ken Wilber en su obra "El Espectro de la Conciencia", una de las obras pioneras de la llamada "Psicología Transpersonal".
Como dijimos antes, y para muchos teóricos (Maslow, 1968, 12), la psicología humanista no pasaba de ser una especie de psicología "puente" entre los paradigmas clásicos y la nueva psicología emergente.
"El término transpersonal fue adoptado, después de muchas deliberaciones, para referirse a los informes de personas que practican diversas disciplinas que afectan específicamente a la conciencia y que hablan de experiencias de una extensión de la identidad que va más allá de la individualidad y de la personalidad. De tal modo, no se puede decir que la psicología transpersonal sea estrictamente un modelo de la personalidad, pues se considera que esta última es únicamente un aspecto de nuestra naturaleza psicológica; es, más bien, una indagación sobre la naturaleza esencial del ser." (Maslow y otros, 1980, 14).
De este modo, la definición propuesta por estos autores (Maslow, Capra, Dass, Tart, Wilber, Goleman, Grof etc.) es la siguiente:
"La Psicología Transpersonal se interesa por la expansión del campo de la investigación psicológica hasta incluir el estudio de los estados de salud y bienestar psicológicos de nivel óptimo. Reconoce la potencialidad de experimentar una amplia gama de estados de conciencia, en algunos de los cuales la identidad puede ir más allá de los límites habituales del ego y de la personalidad". (Maslow y otros, 1980, 15).
Además, y nuevamente en la una línea que suscribimos, se describe la naturaleza de losmodelos explicativos en la ciencia como:
"... representaciones simbólicas que describen los principales rasgos o dimensiones de los fenómenos que representan ... Sin embargo, por los modelos se paga cierto precio ... los modelos llegan a funcionar como organizadores de la experiencia que modifican la percepción, sugieren ámbitos a la investigación, le dan forma y determinan la interpretación de los datos y experiencias de modo tal que se vayan obteniendo los resultados que los mismos modelos profetizan ... en otras palabras, que todo lo que percibimos tiende a decirnos que nuestros modales y creencias son correctos." (Maslow y otros, 1980, 16).
Y parece oportuna la observación de Goleman:
"Como el sistema nervioso central y como cualquier cultura, también la ciencia está enfocada hacia algunos aspectos de la realidad, mientras que para otros está desenfocada." (Maslow y otros, 1980, 38)
A nuestro parecer, deberíamos añadir los problemas de la fragmentación de la ciencia moderna. Aunque no es un fenómeno exclusivo de las ciencias sociales, los descubrimientos científicos en la Física, Química, Biología y Neurología moderna, que hemos esbozado al principio de la presente tesis, parecen ser sistemáticamente ignoradas por los investigadores sociales. Parece haberse afianzado el espejismo de la estanqueidad hermética entre las ciencias, espejismo de difícil defensa desde cualquier ángulo objetivo. Frases del tipo "¿Qué van a saber los físicos de Organización de Empresas?", por ejemplo, no deberían darse en una nueva Ciencia Z. Y mucho menos alegar su ignorancia como un argumento metodológico que justifique modelos débiles. No obstante, en los últimos 4 años cabe detectar un cambio significativo en esta actitud.
Para una Ciencia Z, las costumbres que hoy se conciben como pilares de la ciencia occidental deberían también ponerse a examen. Así, en casi todas las ciencias, es natural concebir al intelecto como supremo instrumento para la captación "objetiva" de la realidad cuando, a tenor de los avances de la física, tal creencia podría ser puesta en cuestión:
"La pretensión de que el intelecto es un instrumento epistemológico inapropiado e inadecuado para la comprensión de la realidad que revelan las disciplinas de la conciencia no es bien entendido por las ciencias tradicionales del comportamiento. Sin embargo, quienes hayan estudiado las implicaciones de los últimos avances de la física y la ciencia neurológica no se quedarán tan sorprendidos (ver Capra en este mismo volumen)" (Maslow y otros, 1980, 59).
Pero la conciencia escapa a un marco teórico satisfactorio en el de procesamiento de información. Necesitamos encontrar qué subyace a este procesamiento de "contenidos" y examinar, por ejemplo, qué es lo que se da cuando, al menos y de momento aparentemente, no se da tal fenómeno (el procesamiento).
En nuestra opinión, ya hemos comentado que postulamos la existencia de un campo jerárquico superior al pensamiento. Un cuarto campo que complete la tríada clásica del marco conceptual clásico: conducta, emoción, pensamiento (lo motor, lo emotivo y lo cognitivo).
Este campo, como ya hemos sugerido en algún lugar, podría denominarse de la Conciencia Pura, Intuición etc. y coincidiría con los fenómenos de la Experiencia Cumbre de Maslow (1968 y 1971). En Organización de Empresas encajaría con la Metanoia de Senge, la Visión de 4 pliegues de Rooke y Keeley (en Burgoyne, Pedler, & Boydell, 1994), o la Transformación Organizativa de Tosey (en Burgoyne, Pedler, & Boydell, 1994) y Banner y Gagné (1995). Nosotros la haremos corresponder en el próximo capítulo con la fase de Sintonía Total.
5.3.6.- Las Necesidades Cognitivas y Estéticas Básicas.
Aunque menos conocido, Maslow también postuló, además de las necesidades básicas citadas, otras que denominó Cognitivas y Estéticas. Como el autor apunta, estas van siempre junto a las necesidades básicas y forman con ellas una especie de sinergia (Maslow, 1970, 36).
Uno de los grandes tropiezos de los modelos homeostáticos (modelos teleológicos de autorregulación hacia el estado de reposo o equilibrio) propios tanto de la Psicología Básica como de la Economía Clásica (Equilibrio General), es su incapacidad de explicar la conducta omnipresente (sobre todo en mamíferos superiores) de "curioseo" y de innovación ajena a toda instrumentalidad, motivo u objetivo. Del mismo modo que las estructuras disipativas de Prigogine, esta tendencia es hacia el desequilibrio. Maslow, consciente de ello, rotula tal fenómeno como una "necesidad de saber". Y aún así, ello no se queda ahí:
"Aún después de saber, nos vemos impulsados, por una parte, a saber cada vez con más detalle y minuciosidad y, por otra, con más amplitud en la dirección de una filosofía del mundo, de una teología, etc. Este proceso lo han referido algunos como la búsqueda de significado. Tendremos entonces que postular un deseo de entender, de sistematizar, de analizar, de buscar relaciones y significados, de construir un sistema de valores". (Maslow, 1970, 37).
Además, también considera una cierta jerarquía dentro de esta necesidad:
"(...) en la que el deseo de saber predomina sobre el deseo de entender" (la negrita es nuestra) (Maslow, 1970, 37).
Finalmente, las necesidades estéticas reflejarían la necesidad de belleza, aunque Maslow reconoce lo poco que se conoce acerca de ellas. No entraremos en ellas.
5.3.7.-
Nuevas Consideraciones y Analogías.
Un desarrollo personal de esta última "mini-jerarquía" y su relación con otros tópicos se expone en la tabla 5.6, en la cual, aunque Maslow no lo hace, las relacionamos con las básicas. Añadimos, además, las necesidades cognitivas que se corresponderían, a nuestro juicio, con las necesidades básicas primarias (Fisiológicas y Seguridad): la curiosidad. Tabla 5.6: Jerarquía de Necesidades Cognitivas de Maslow y relación con otros tópicos. Fuente: elaboración propia.
Necesidades de Maslow | |||
Cognitivas | Básicas | Símbolo | Factor clave |
Curiosear: | Fisiológicas | Juego, Diversión | Aventurarse |
Seguridad | Murmuración | Normas y Patrones de Conducta. "Comportarse como ..." | |
Saber: (sistematizar, organizar, analizar) | Sociales | Lo Normal | Símbolos, Conductas, Ritos y Ceremonias, "Saber como ellos". |
Estima | Conseguir, Lograr | Logro Personal, Superación de Pruebas. Ganar "sobre ellos". | |
Erudición, Honor, Mérito, Respeto. | Status, "Ser Alguien", "Saber más que ellos" | ||
Entender: (búsqueda de relaciones y significados) | Autorrealización | Significado "per se" | Ciencia, Comprender y Comprenderse |
Trascendencia | Integración | Vivencia: Ser |
Ahora bien, como el mismo Maslow aceptaría, estas necesidades siguen una diacronía evolutiva. Así, nuestra aportación, ampliando lo anterior, es un continuo evolutivo que reelabora ciertas ideas de su modelo sintetizando en una sola taxonomía las necesidades básicas y cognitivas. Junto a su interpretación como necesidades, debería interpretarse también como una "representación", "weltanchaung" o "absoluto noético" de las personas ubicadas en cada nivel. Nótese que sólo nos referimos ahora a las necesidades secundarias. Ello se exhibe en la tabla 5.7. Tabla 5.7: Diacronía Evolutiva de las Necesidades. Fuente: elaboración propia.
Como vemos, desde nuestra óptica, las necesidades secundarias de Maslow se reelaboran como Necesidades de Amor, Poder y de Significado, lo cual, aplicado a la personalidad humana, podría traducirse en personalidad social, política y científica respectivamente. Y, démonos cuenta, las necesidades cognitivas (curiosear, saber y conocer), podríamos identificarlas con Necesidades de Información, las cuales nos llevan a la etapa del continuo de relaciones que sigue inmediatamente después de la etapa económica. Esto lo explicaremos en el apartado 5.4.
Además, desde esta óptica, la identidad (ego) se construye diacrónicamente:
1.- Necesidades Sociales: el ser "uno más" por asimilación a grupos, pertenencia (introyección cultural). En este nivel el ego es afirmativo (+) en el sentido de asociarse y necesitar ser como los demás, de ser inclusivo. Estadísticamente utilizaría más las frases de tipo "yo también", y el plural "nosotros" y actitudinalmente buscaría "pasar desapercibido".
2.- Necesidades de Status: el ser "más" por diferenciación de los grupos, independencia (exclusión cultural). En este nivel, el ego llega a su máxima fuerza y es negativo (-) en el sentido de buscar diferenciarse de los demás, de ser exclusivo. Estadísticamente, utilizaría más frases del tipo "yo no ...", "yo cuestiono" etc. Aunque aparentemente actuara a título personal e independiente (buscando destacar sobre el resto) la evidencia mostraría cómo, en todo contraste, la figura necesita un fondo, de modo que, todo líder sólo lo es en función de su entorno.
3.- Autorrealización: negación de ambos niveles: "pertenecer a" (Sociales/culturales: permítasenos la expresión: "ser borrego") y de "ser distinto a" (Estima/status: "ser o estar como una cabra"). Si se quiere, nos topamos con la búsqueda real del conocimiento y comprensión del mundo como motivación fundamental. Se relaciona con la Razón Final o pura, en el sentido etimológico de "ratio": proporción. Esta razón supone articular conscientemente el conocimiento en perspectiva basándose en su radical relatividad. A falta de mejor término asimilaríamos este nivel al del científico. Un desarrollo mayor y un modelo sobre los tipos de racionalidad se describe en el capítulo 6.
La distinción hecha entre razón instrumental y final guarda un fuerte isomorfismo con lo que Maslow llama conducta instrumental y final (Maslow, 1970, 99-103). Como este autor investigó, en las necesidades sociales y de estima existe una dicotomía entre la expresión (conducta final) y la función (conducta instrumental). Ellas están secuencialmente separadas en las necesidades sociales y de status, pero no en las de autorrealización. En este nivel "el medio es el fin".
Sería importante distinguir entre el nivel de Necesidades Sociales y el de Autorrealización o Trascendencia, puesto que en este último también se da cierto sentimiento de "ser parte" de la humanidad. En las primeras, el individuo quiere ser "uno más", en la trascendencia, sin embargo es "uno con". Mientras que el primer estado es pre-cultural y cultural mismo, este último estado es post-cultural y reconoce la cultura como parte de naturaleza humana pero sin estar condicionada por ella. Mientras que en la primera "la unión hace la fuerza" (1 + 1 = 2), en la segunda "la percepción hace la unidad" (1 + 1 = 1).
El mecanismo propuesto para cambiar de nivel es el "awareness" o el "realizing", el "darse cuenta". Se pasa de la subjetivación a la objetivación (desidentificación de algo) como un descubrimiento creciente de lo que "no soy", convirtiéndose la necesidad en un objeto tratable y manipulable objetivamente.
Además, para nosotros, las necesidades pasan de ser fines a ser instrumentos para la consecución de la necesidad siguiente en jerarquía cuando se cubren: por ejemplo en el nivel 2 las del 1 nivel (sociales, cultura) pasan a ser "las reglas del juego", el "state of art" donde el sujeto puja por sobresalir para conseguir status. He aquí uno de los fundamentos de la propia Economía. Valga decir, por ejemplo, que las necesidades afectivo/sociales (pareja, pertenencia a una cultura o ideología etc.) una vez trascendidas, son utilizadas objetivamente como medio de consecución de los objetivos de status. La Economía, como veremos en el capítulo 6, supone subordinar, rebajar lo existente al nivel de instrumentos o de recursos (recursos materiales, financieros, humanos etc. en Economía) en función de un objetivo o meta cuya racionalidad pura se soslaya. De hecho, la axiomatización de los objetivos económicos elude el hiriente hecho de que casi nunca son "racionales". A este tipo de racionalidad "menor" la denominamos Razón Instrumental.
De este modo, grosso modo y a título meramente ilustrativo, contemplamos la evolución individual como el paso del ciudadano social al político, y de este al científico, terminando quizás en el filósofo o religioso propios del nivel Z que hemos abordado previamente.
Asimismo, y nuevamente a nivel de sugerencia, podemos establecer un
breve paralelismo entre algunas de las Escuelas
de Organización y la Jerarquía de Maslow. Ello se expone
en la tabla 5.8.
Tabla 5.8: Analogías entre la Jerarquía de Maslow y la Teorías de la Organización. Fuente: elaboración propia.
Una hipótesis subyacente aquí, es que una ciencia social sintética podría descansar, entre otros, en estos desarrollos. De este modo, todo aquello que satisfaga algún nivel de estas necesidades sería objeto de valoración y se convertiría, de un modo u otro, en un "bien o servicio económico" en sentido tradicional del término, siempre y cuando pueda "objetivarse" y "normalizarse" lo suficiente como para pasar a una fase de cuantificación.
A título de ensayo afirmaríamos que todos los intercambios de "bienes o servicios" de valor donde no existe la objetivación y normalización citadas por encima de un cierto "umbral crítico", caerían en el ámbito de ciencias como la Psicología y la Sociología. Por el contrario, la máxima objetivación, como opuesta a la máxima subjetivación, sería la fase de cuantificación, propia de la Economía.
Un paso más nos llevaría adicionalmente a constatar el hecho de que siempre se ha buscado una medida común para valorar, con respecto a ella y por comparación, todo lo existente. En la Economía es el dinero, en Filología el lenguaje, en Psicología el pensamiento, en Antropología la cultura etc. Sin embargo, todos estos campos están transitados por la idea de valor. Sin esta unidad de medida (o significado) común no podríamos relacionarnos, sentirnos unidos o pertenecientes a algo ni intercambiar bienes y servicios en nuestra sociedad.
Pero, asimismo, medir es simplemente asociar el valor que damos a algo, a un número, mientras que en las otras etapas (estadios) menos estandarizadas lo hacemos a símbolos, palabras o esquemas. Este número que demos estará referido a las veces que consideremos que tiene el bien que valoramos, la unidad que hayamos encontrado "común".
Entendamos que la Economía pues, es una fase avanzada de un proceso de intercambio, de comunicación, de relaciones sociales ya extremadamente estandarizado, normalizado y automatizado donde, por medio de un mercado y/o una empresa, se satisfacen cierto tipo de necesidades características.
Las necesidades que son satisfechas de este modo son, principalmente, las más básicas, i.e. las fisiológicas y las de seguridad, denominadas por Maslow primarias. Los bienes económicos fundamentales son la comida, bebida, sexo, abrigo (bienes inmuebles, electrodomésticos) etc.
Sin embargo, qué duda cabe, muchos de estos bienes también satisfacen (y en muchos casos de forma exclusiva) las necesidades de orden superior en la jerarquía. Como desarrollaremos más abajo, en la medida en que se ascendiese en la jerarquía cabría observar, siempre desde la tesis de este trabajo, un incremento en el valor simbólico proyectado sobre bienes primarios transformados al efecto.
Siguiendo con la nomenclatura económica, valga esto decir también que cabría esperar interpretaciones moviéndose, in crescendo, desde la competencia perfecta, pasando por el oligopolio, la competencia monopolística hasta el modelo de monopolio puro clásicos a medida que encontráramos tipos de bienes que satisficiesen necesidades incrementalmente superiores en jerarquía.
No obstante, existen diversos grados de "escalas" de medición. Reflexionar y, eventualmente ubicar a las ciencias económico/sociales dentro de tales grados, nos es muy útil en la actualidad donde, creemos, la ingenua "reificación", "cosificación" u objetivación excesiva de lo que no es más que una representación matemática de la realidad (léase muchas de las teorías científicas), ha llevado a las ciencias a coexistir en departamentos estancos ignorando, tanto lo que desde otras disciplinas pudiese ser de utilidad, como la misma realidad que justificaba su existencia.
Según Stevens (1961, en Meliá, 1990, 58-62) existen, en la ciencia, cuatro Escalas de Medición con propiedades matemáticas y/o estadísticas bien distintas:
1.- Escala Nominal: donde los números sólo se usan a modo de "etiquetas". La única asociación entre números y realidad es de igualdad o desigualdad, pero no existe orden. Un ejemplo sería la numeración de los jugadores de un equipo de fútbol.
2.- Escala Ordinal: donde, además de la asociación anterior, cabe establecer una relación de orden pero sin que la distancia entre dos elementos de la clasificación pueda ser establecida. Se dice que estas dos escalas carecen de propiedades métricas y de unidad de medida.
3.- Escalas de Intervalos: donde cabe asociar una medida y existe una ordenación, no solo de los objetos, sino de los intervalos entre ellos. Existe un patrón de medida constante que permite calcular la distancia entre valores y decir cuántas veces está contenido un valor en otro.
4.- Escalas de Razón: donde las escalas de intervalo poseen un cero absoluto. Estas últimas sí poseen propiedades métricas.
La Economía pues, intenta traducir a números, en unidades monetarias, todo lo que sean valores proyectados en bienes o servicios que puedan ser adquiridos en un mercado de intercambio (bienes materiales o servicios que sean susceptibles de valor).
Clarificar qué tipo de escala métrica se identifica más con la "valoración económica" de los "bienes" es harto espinoso, habida cuenta de la gran controversia existente entre los científicos sociales al respecto. Desde nuestro punto de vista, toda valoración económica no pasa de ser una escala Ordinal si lo que deseamos es balancearnos hacia una "Economía del Bienestar" que sirva a objetivos sociales.
Sin embargo, como sabemos, en la historia de la Teoría Económica
se renunció a suponer que la utilidad podía medirse cardinalmente
(escalas de intervalos o de razón) con la interpretación
de Vilfredo Pareto que introdujo las conocidas
"curvas de indiferencia" en términos de sustituibilidad entre bienes
económicos. Desde ahí, distintas curvas de indiferencia sólo
suponen distintos
órdenes de utilidad. Dentro de cada una
de ellas, la cantidad de cada bien consumido puede sustituirse por el otro
sin que el nivel de utilidad cambie. Nótese, sin embargo, que este
marco teórico ha sido ignorado en gran parte para hacer viable la
visión cuantitativa.
5.3.7.1.- Jerarquía
de Necesidades e Imágenes de la Organización.
Las imágenes
de la Organización de Morgan muy bien
pueden, a nuestro juicio, ser articuladas junto a las Necesidades. De hecho,
hemos observado un profundo paralelismo entre la evolución jerárquica
de las necesidades de Maslow, y la evolución
histórica (y evolutiva) que Morgan propone de las Imágenes
de la organización. Ello se muestra en la tabla 5.9: Tabla
5.9: Relación entre Necesidades de Maslow e
Imágenes de la Organización de Morgan. Fuente: elaboración
propia .
MASLOW(INDIVIDUO) | MORGAN(ORGANIZACIÓN) | IMÁGENES CLAVE Y CIENCIAS AFINES A LA DE ORGANIZACIÓN |
FISIOLÓGICAS | MÁQUINA | FUNCIONAMIENTO AJENO AL ENTORNOFÍSICA |
SEGURIDAD | ORGANISMO | SUPERVIVENCIA FRENTE AL ENTORNOBIOLOGÍA |
CEREBRO | PROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN, TOMA DE DECISIONESCIBERNÉTICA, ECONOMÍA DE EMPRESA | |
SOCIALES | CULTURA | NECESIDADES DE PERTENENCIA E IDENTIFICACIÓNANTROPOLOGÍA, PSICO-SOCIOLOGÍA |
ESTIMA, EGO | POLÍTICOS PODER | PODER, CONFLICTO DE INTERESESCIENCIA POLÍTICA |
AUTORR. Y | CÁRCEL PSÍQUICA | APRENDIZAJE, SIGNIFICADO,CIENCIA HUMANISTA, DESARROLLO ORGANIZACIONAL |
AUTORR. Z | DIALÉCTICA CAMBIO | ARMONIZACIÓN VIVENCIAL DE LOS OPUESTOSCIENCIA TRANSPERSONAL, ORGANIZACIÓN TRANSFORMACIONAL |
5.3.7.2.- Jerarquía de Necesidades y Estructuras Organizativas.
En un reciente trabajo junto a nuestro compañero J. Carlos Bou (Grandío, & Bou, 1994), trazamos otro, a nuestro juicio, profundo paralelismo entre Maslow y las Configuraciones Estructurales de Mintzberg. Ya hemos citado en otros capítulos la evolución que ha seguido este autor en cuanto a sus modelos: la inclusión de dos nuevos mecanismos de coordinación más básicos (cultura y poder), su visión como una dinámica y dialéctica de fuerzas etc.
La articulación la llevamos a cabo en lo que denominamos la Matriz
Motivación - Estructura (M-E). En esta matriz de doble entrada
postulamos un hipotético "fit" entre la Motivación individual
y la Estructura Organizativa. A la diagonal de "unos" (fit máximo),
la denominamos RATIO
(Ruta Ascendente de Transición Individuo-Estructura), presentándola
como el continuo natural evolutivo que más debería encontrarse
en términos estadísticos (Grandío & Bou en Hernández,
1994 vol II, 8-25).
Tabla 5.10: Matriz de Correspondencias Motivación-Estructura (M-E). Fuente: Grandío & Bou, 1994, 23.
Mintzberg (1979) | Estructura Simple | Burocracia Maquinal | Estructura Divisional | Burocracia Profesional | Adhocracia | - |
Organización Entrepreneurial | Organización Maquinal | Organización Diversificada | Organización Profesional | Organización Innovadora | Misionaria | |
Mecanismo de Coordinación | ||||||
Supervisión Directa | Normalización de Actividades | Normalización de Resultados | Normalización de Habilidades | Adaptación Mutua | Normalización de Normas | |
Fisiológicas | 1 | 0,8 | 0,6 | 0,4 | 0,2 | 0 |
Seguridad | 0,8 | 1 | 0,8 | 0,6 | 0,4 | 0,2 |
Sociales/Nec. Logro | 0,6 | 0,8 | 1 | 0,8 | 0,6 | 0,4 |
Estima(Status) | 0,4 | 0,6 | 0,8 | 1 | 0,8 | 0,6 |
Autorrealización | 0,2 | 0,4 | 0,6 | 0,8 | 1 | 0,8 |
Trascendencia | 0 | 0,2 | 0,4 | 0,6 | 0,8 | 1 |
|
Como puede apreciarse, y para afinar al máximo la correspondencia con Mintzberg, fundimos las necesidades sociales con las de logro, dejando sólo las de status en su nivel. No obstante, esto podría haberse hecho de otro modo. Efectivamente, una reflexión atenta puede hacernos concebir que, al igual que las necesidades sociales surgen inmediatamante después de las de seguridad, la escuela de las Relaciones Humanas (Mayo, McGregor etc.) surge inmediatamente después de la organización mecánica propuesta por la Dirección Científica de Taylor y de la Administración de Fayol (burocracia: Organización Formal) para señalar la contrapartida desconocida de (y en) la misma Burocracia (Organización Informal). De este modo, la necesidad de pertenencia a grupos se traduce en la organización informal coexistente "exasperada" incluso a causa de la también "exasperada" Organziación Formal burocrática. De modo que podríamos haber procedido a fundir las necesidades de seguridad con las sociales. Además, como veremos en el próximo capítulo, la racionalidad correspondiente a este nivel es la Hipócrita, entendiéndola como la coexistencia de creencias y acitudes contradictorias.
Sin embargo, démonos cuenta que este tipo de necesidades desempeñan un papel al estilo de "bisagra" entre la normalización de operaciones y la de resultados, por lo que pueden figurar perfectamente, como vamos a explicar, junto a las de logro.
1.- Necesidades Fisiológicas/Organización Entrepreneurial. El origen histórico de la Estructura Simple cabría encontrarla probablemente en la familia agrícola y en el taller artesano tradicional ligados, fundamentalmente (grado 1 en nuestra tabla) a la satisfacción de las Necesidades Fisiológicas. Siguiendo a Maslow, donde no exista una completa satisfacción de las necesidades fisiológicas (comida, bebida, etc.) no puede existir motivación superior. Por tanto pensamos que no existiría apoyo ni esperanzas de éxito (tanto en términos de entorno como de configuración interna) para cualquiera de las otras configuraciones de modo natural. Esto podría tener su importancia en cuanto una eventual política de desarrollo económico aplicada a los denominados "países del tercer mundo".
Queremos decir que, si nuestra proposición es realista, sería absolutamente inconveniente fomentar en estos países externamente cualquier otro tipo de configuración estructural en las fases tempranas distinto a la estructura simple/entrepreneurial. Tal inconveniencia sólo podría mantenerse externa y artificialmente mediante sistemas de explotación de tipo colonialista al no existir su necesaria base motivacional.
2.- Necesidades de Seguridad/Burocracia
Mecánica. Una posible explicación del surgimiento de
la sociedad industrial es entenderla como el paso social humano dado desde
las necesidades fisiológicas a las de seguridad. Y su constatación
empírica la tendríamos en el éxodo rural hacia las
ciudades y metrópolis modernas. De una economía agrícola
ligada normalmente a la subsistencia (necesidades fisiológicas)
y sujeta a los avatares impredecibles de la meteorología y a los
castigos y abusos de señor feudal de turno, el hombre prefirió
la seguridad de la rutina en la fábrica de la ciudad donde, presumiblemente,
el patrono se empleaba en conductas menos aleatorias que las inclemencias
del tiempo (aunque quizás más inclementes en solidaridad).
Evidentemente, esto supondría postular que, una vez satisfechas
las necesidades fisiológicas, el hombre siente avidez por el control.
La historia de las naciones y sus figuras poderosas, sus conquistas y derrotas,
son un buen ejemplo de ello. La sociedad necesitada de seguridad pues,
crea la burocracia.
Si damos un paso más, como vimos, Gareth
Morgan (Morgan, 1986) cita cómo las organizaciones modernas de tipo
burocrático pueden explicarse mediante los Mecanismos
de Defensa que Freud postuló en su teoría
psicoanalítica. Concretamente el trastorno obsesivo
compulsivo propio de la Etapa Anal, donde
el niño es instado al control de los esfínteres haciéndolo
contingente al amor parental. Ya expusimos que el trastorno compulsivo
es bien conocido por tres características fundamentales (llamadas
la Tríada Anal): obsesión
por el orden y la limpieza, terquedad y tacañería. Y también
expusimos en el capítulo anterior que colegas de Mintzberg
(Miller & Kets de
Vries, 1984) publicaron una obra acerca de "La Organización
Neurótica", de la cual ya sintetizamos dos amplias tablas recogiendo
los 5 tipos de Neurosis Organizativa: dramática, paranoide, esquizoide,
compulsiva y depresiva.
Pero es también Mintzberg quien
asocia cada una de ellas a sus cinco tipos de configuración originales.
Esta asociación se muestra en la tabla siguiente (Mintzberg, 1991,
767), en la cual añadimos también el paralelismo entre estos
tipos de neurosis y la jerarquía de Maslow que acabamos de exponer.
Tabla 5.11: Relaciones entre Neurosis Organizacional (Miller & Kets de Vries, 1984), Configuración Estructural (Mintzberg, 1991, 767) y Necesidades de Maslow (1970). Fuente: elaboración propia desde Mintzberg, 1991, 767.
Tendencia (fuerza) | Configuración | Neurosis | Necesidades de Maslow |
Dirección | Entrepreneurial | Dramática | Fisiológicas |
Eficiencia | Org. Maquinal | Compulsiva | Seguridad |
Concentración | Org. Diversificada | Depresiva | Sociales/Logro |
Habilidad | Org. Profesional | Paranoide | Status |
Innovación | Org. Innovadora | Esquizoide | Autorrealización |
En palabras de Mintzberg (la negrita es nuestra):
"Las organizaciones empresariales tienden a dramatizarse cuando sus líderes, sin la contención de, digamos, las fuerzas eficientes de los analistas o las fuerzas de capacitación de los trabajadores, se llevan de paseo a los sistemas por donde quieren. Las organizaciones maquinales, por su parte, parecen predispuestas a la compulsión una vez que esos analistas, con su obsesión por los controles de la eficiencia por medio de procedimientos intrincados, lo acaparan todo completamente. En cuanto a la organización profesional, cualquier persona que trabaje en una universidad o un sitio similar conoce bien sus tendencias paranoides. Los profesionales se sienten atacados la mayor parte de las veces; no se podría evitar que una organización en la que estos fueran libres de perseguir su obsesión por la capacitación, independientes de las fuerzas administrativas o innovadoras, se convierta en una colectividad paranoide. No necesito insistir en los efectos deprimentes de la obsesión por esos resultados mercenarios de la organización diversificada; ahora se aprecia mucho el efecto que tiene sobre la moral, la innovación y el compromiso y la cultura, el apretar los tornillos financieros. Finalmente, el problema de las organizaciones innovadoras es que al mismo tiempo que tienen que estar innovando continuamente, lo que exige divergencia, también tienen que explotar los beneficios de sus innovaciones, lo que requiere una orientación más convergente. La presencia de otras fuerzas distintas de las del aprendizaje puede equilibrar esta presión; sin ellas la organización se puede convertir fácilmente en esquizoide, ya que fracasa en decidir lo que tiene que hacer su mente colectiva." (Mintzberg, 1991, 313).
Aunque Maslow no lo explicita, también nos consta cómo quien ha sufrido grandes carencias de Seguridad en el pasado, muestra obsesión por ella en el presente aunque aquella ya no exista (por ejemplo con el énfasis en la seguridad y orden ciudadanos). Este mecanismo fue descrito por Freud con el concepto de fijación en una etapa específica (por falta de satisfacción). La obsesión por el orden y el control, propios de una baja tolerancia a la ambigüedad y la incertidumbre, la encontramos, de modo patético y emblemático, en la biografía de Frederick Taylor, creador de la Dirección Científica citada por Morgan (1986, 192). Así, la necesidad de seguridad queda reflejada y aparentemente satisfecha en las burocracias maquinales donde todo esta prefijado y normalizado.
Probablemente, la Teoría de la Agencia representa un paradigma bien articulable desde estas necesidades de control y de seguridad.
3.- Necesidades Sociales y de Logro/Organización Diversificada. La necesidad de pertenencia siempre precede a la de logro, como marco que delimita las "reglas del juego" del logro posterior. Logro debe entenderse desde Mintzberg como Output, Objetivo o Resultado. El individuo, una vez que se siente seguro, desea independencia en sus acciones para probarse a sí mismo por medio de una evaluación normalizada por las "reglas del juego" cuya manifestación puede encontrarse en el M.B.O. (Management By Objetives). Ello provoca tanto una satisfacción de la autoestima como una aceptación (pertenencia) por parte de los compañeros de grupo. Así, la Organización Diversificada, la tan de moda "M form", no debería ser interpretada exclusivamente como una diversificación por mercados, productos o naciones, sino también como una descentralización interna donde se sustituya la normalización de los procesos por la de los resultados. Como nota adicional, cabría asociar esta etapa/configuración a la etapa siguiente de Freud: la Fálica, cuya característica predominante es el exhibicionismo, el ser un "triunfador" (mientras que el nivel anterior se da más comúnmente en Europa, sobre todo en el Reino Unido, esta es más propia de Estados Unidos) (Morgan, 1986, 198).
En la clasificación de Miller y Kets de Vries (1984) corresponde con la neurosis depresiva. Es bien conocido cómo los mandos intermedios exhiben una conducta bastante próxima al trastorno que, en Psicología Clínica se conoce como Depresión Bipolar. Muy ligado al logro de metas, este trastorno es denominado así porque el estado de ánimo oscila entre estados de euforia y de triunfo con ideas delirantes de grandeza (pensamiento bizarro) y estados completamente opuestos con sentimientos de fracaso, profunda depresión y abandono e incomprensión (necesidades sociales) por parte de los demás.
En términos más sintéticos, la organización diversificada podría interpretarse como la encarnación de la necesidad de logro y de éxito, un estadio evolutivo más cuyo máximo exponente podría encontrarse en el cristianismo protestante donde nació la Economía. Concretamente, el paradigma de los Costes de Transacción (recordemos las loas de Williamson hacia la "M form") bien podría tener su hogar epistemológico en estas "tierras de éxitos y de fracasos". Y, como corolario, también encajaría gran parte de la actual Dirección Estratégica, especialmente el enfoque de Porter de "estrategia competitiva".
4.- Necesidades de Status/Organización Profesional. Pero la aceptación que se obtiene por los logros es relativamente efímera si no se estandariza como una habilidad con etiqueta. Tal mutabilidad, además, crece proporcionalmente a la turbulencia del entorno. Esta etiqueta es la profesión, concepto más perenne que los logros (estos son más contingentes al tiempo, moda y organización específica donde se obtuvieron que la profesión). La profesión confiere status mediante la Normalización de la Habilidades. Buenos ejemplos son las Universidades y Hospitales, como el mismo Mintzberg cita. Además, el Mecanismo de Coordinación utilizado no controla las acciones (como la organización mecánica) ni los logros u objetivos (como la diversificada), simplemente controla (probablemente no más de unas pocas veces en toda la vida de la persona) la "habilidad" o aptitud en forma de título académico o profesional. Los logros son exámenes, el status es el título o profesión. Para la organización, probablemente, la complejidad (o baja estandarización) de los trabajos/productos a hacer (propios de un entorno turbulento) es tal que, como Mintzberg señala, no puede recurrirse a las configuraciones anteriores.
Igualmente, y a nuestro juicio, lo paranoide de esta etapa, además de lo expuesto en las tablas y por Mintzberg, se manifiesta en Delirios de Referencia. Como es conocido en Psicopatología Clínica, estos suponen la idea obsesiva y reiterada de que los demás siempre están espiando y maquinando "complots", zancadillas o "estrategias" en secreto en contra de uno. Corresponde también a los "provocadores flotantes" de Bion (1959) que hemos citado con Morgan en la imagen de la cárcel psíquica.
Más brevemente, la persona aquí es un rol, un "alguien distinguido" cuya capacitación distintiva está compuesta de habilidades reconocidas por los estándares vigentes. Vemos aquí también una fuerte analogía con el paradigma de los Recursos y Capacidades (competencias distintivas del individuo o de la organización).
5.- Necesidades de Autorrealización/Organización Innovadora. Una vez satisfechas las necesidades anteriores, cabría esperar el darse cuenta que las etiquetas, los títulos y los honores (méritos para Mintzberg) no son garantía ni para el éxito individual ni para el organizacional. Para el individuo, la aceptación ajena se desvela ahora como dependiente de la posición, etiqueta, título o profesión. Así que el sujeto en esta etapa exige probarse a sí mismo sin aditivos, sin normas que disfracen posibles incompetencias ni líneas jerárquicas que sesguen el propio valor. Implica entonces sustituir el mando por la asesoría (staff) y las normas por la improvisación "ad hoc". Para la organización es necesaria una mayor capacidad de adaptación, lo cual, en un entorno cada vez más turbulento exige mayor flexibilidad y rapidez.
Lo esquizoide de esta etapa radica también en las múltiples "máscaras" o personalidades disponibles para el sujeto. Evidentemente, la pregunta ¿quién soy yo? es ahora de relevancia esencial. El ego está identificado con sus roles organizativos y profesionales y atraviesa una etapa de confusión y ambigüedad respecto a su identidad. En la medida que descubre que él no es el papel (rol) que desempeña (léase: en la medida que se desidentifica de este), que es algo de naturaleza distinta existen, provisionalmente, varias "identidades" (lo propio de la esquizofrenia).
Generalmente, la autorrealización, como el resto de las necesidades implica, y así lo postulábamos más arriba, la utilización de las necesidades trascendidas como recursos o instrumentos para la consecución de esta. Si esto es cierto, al igual que para conseguir status manipulábamos las necesidades afectivas y de pertenencia, para conseguir la autorrealización manipulamos el Ego y el Status como instrumentos subordinados a ella.
En este estadio, ningún "ego" es más o menos real, sino que las circunstancias dictan el estratégicamente apropiado. Más allá de la hipocresía inconsciente involucrada en las necesidades de seguridad ligadas al propio ego, la autorrealización subordina este a las búsquedas de significado. Quizás radique aquí el conocido fenómeno del "profesor despistado" o del "sabio distraído". Obviamente, este fenómeno debería darse con mayor fuerza en el próximo nivel de trascendencia. En la línea que su título sugiere, como característica distintiva del nivel trascendente podríamos citar el de dirección o misión. En el capítulo 7 volveremos sobre este tópico al desarrollar los 6 tipos de mente, las 6 h´s.
El paradigma del Aprendizaje Organizativo, la Learning Company de Senge etc. podría asimilarse a esta etapa l.
6.- Necesidades de Trascendencia/Organización Misionaria. "Y contaremos que un día la señora Raku, ya anciana, al bajar del despacho del piso cincuenta y cinco para presidir la ceremonia del inicio de las obras de la mayor fábrica jamás construida por CERÁMICO, tropezó con una pala y se cayó en el barro. La repulsión que sintió al ensuciarse el vestido se vio repentinamente desplazada por una profunda nostalgia: se dio cuenta de que era la primera vez que tenía un contacto real con la tierra desde los días en que trabajaba en el taller. De golpe sintió con toda nitidez que era más importante hacer jarrones que hacer dinero, por lo que la organización adoptó así una nueva misión «la fabricación manual de jarrones artísticos, aunque también funcionales», desarrollando seguidamente una nueva estructura que reflejase su nueva ideología. Y en el último acto que presidió, la señora Raku cambió por última vez el nombre de su organización, llamándola Alfareros de la Tierra." (Mintzberg, 1979, 532).
Con este párrafo termina Mintzberg su libro más conocido, "La Estructuración de las Organizaciones". Apenas página y media para sugerir una sexta configuración estructural: la Misionera con la Normalización de Normas como mecanismo de coordinación y el adoctrinamiento como parámetro de diseño. La nueva sexta parte es pues la ideología.
Puede que la organización llegue aquí por motivos mucho menos altruistas de los que Mintzberg sugiere. Por ejemplo por una perentoria necesidad de diferenciar su producto en el ya caótico entorno turbulento. Para ello asocia su producto a cualquier "misión" deseable socialmente. No faltan casos en la actualidad: productos ecológicos, lucha contra la experimentación con animales, subvenciones a Universidades o centros benéficos etc. Pero ello, obviamente, no es una "misión". Este autor lo advierte en el desarrollo de su posterior libro "El Poder en la Organización" cuando distingue entre organización misionaria clásica, cuasi-misionaria y seudomisionaria (Mintzberg, 1983, 442).
El individuo, por su parte, se ha dado cuenta de que él mismo, su yo, lo que pretendía "autorrealizar", no es más que un concepto relacional que sólo cobra sentido en cuanto a su relación con el entorno. De un modo muy claro comprende que él es un cúmulo de condicionamientos biológicos, culturales y económicos. Así que, puesto que no queda nada interesante que aprender de sí mismo se pregunta qué hay más allá de sí mismo (trasciende el Ego para Maslow). Todo cuanto encuentre en tal ámbito y que encauce sus energías cabría englobarlo en el término "misión". Para nosotros, este individuo, un Hombre Z de Maslow, es el Líder Carismático que Mintzberg reivindica para el ápice estratégico de la Organización Misionaria, cuando dice que este y el sentimiento de unicidad (misión) suelen, normalmente, aparecer juntas y vinculadas por el inefable fenómeno de la identificación (Mintzberg, 1983, 432).
Probablemente, fenómenos como "orientación al cliente", el TQM, la ética empresarial como servicio a la sociedad, tengan, junto a la citadas con la autorrealización, una fuerte correlación con este nivel.
5.4.- Ciencias Sociales y Empresa: un Continuo de Relaciones.
Como hemos dicho, la tesis central de este trabajo pretende ser la de indagar sobre la posibilidad de encontrar un fenómeno común subyacente a todas las ciencias sociales, en particular su aplicación en la empresa: economía, sociología, psicología etc. Lo hemos enmarcado dentro de lo que hemos denominado "nuevo paradigma" interdisciplinar. Y para ello hemos acudido a diversas disciplinas y autores cuyas aportaciones parecen relevantes para el tema propuesto.
Desde una visión global y genérica, casi podría afirmarse que todas las filosofías y ciencias existentes, por el hecho de ser una creación humana, tienen un tinte social y cultural ineludible, un sesgo fundamental e inherente a la misma naturaleza del observador: el hombre. Soslayar este hecho no hace a la ciencia más objetiva e imparcial sino que la acerca más al terreno literario y la esclaviza a la moda vigente en el momento histórico de su creación. Sin embargo, y como ampliaremos en el tema 6, existe un comportamiento paradójico bastante frecuente en los círculos científicos que consiste en una especie de "fijación emocional" hacia la racionalidad, es decir, exhibir cierta vehemencia visceral e inflexible con la que se defienden posturas "racionales". Lejos de pretender ser una crítica fácil y poco constructiva, esto nos parece importante para apoyar la filosofía global que inspira este trabajo. La artificial separación entre el observador (científico) y lo observado (realidad o verdad) ha creado una racionalidad profundamente subjetiva y relativa que alimenta todo tipo de actitudes corporativas (unas ciencias contra otras) y de ilusiones de rigor metodológico.
Volviendo al tema que citábamos, el hecho social básico postulado aquí es la existencia de una tensión dialéctica entre dualidades diversas: individuo y colectividad, competitividad y cooperación, diferenciación y semejanza, orden y caos etc.
La dualidad básica bien pudiera atribuirse al surgimiento del pensamiento simbólico típicamente humano, ligado inextricablemente al lenguaje: el hombre asocia etiquetas (nombres y símbolos) a partes y acciones del mundo y aprende a manipularlas y procesarlas con independencia creciente de su correspondencia, ya de por sí parcial, con la realidad. Así surge el "procesamiento de la información", la cognición y la "construcción social" de la realidad.
Como hemos expuesto en apartados anteriores, desde nuestra tesis en la base de la "construcción social de la realidad" están tres dimensiones básicas: la necesidad de afiliación (amor), el poder, y la búsqueda de significado (inteligencia). Como fácilmente puede verse, estas dimensiones tienen una amplia representatividad en la literatura motivacional. Por ejemplo, ya dijimos que tienen su analogía en las tres necesidades secundarias de Maslow iniciales: sociales, estima y autorrealización respectivamente. Sin embargo, ahora no las postulamos como necesidades, sino más bien como las tres grandes fuerzas sociales que configuran nuestro mundo.
La primera alude al aspecto horizontal o simétrico, de "ser igual que". Los procesos de identificación conyugal, familiar, de amistad grupal, nacional etc. caen dentro de esta dimensión: la religión no organizada y el aspectomístico o inmanente de Dios, las naciones, razas e ideologías en cuanto a su aspecto unificador de identidad etc.
La segunda de ellas viene referida al aspecto vertical o asimétrico de "ser más que". Todos los procesos jerárquicos sociales y organizacionales vienen referidos a esta dimensión: la religión organizada y el aspecto teológico de trascendencia de Dios, la división del mundo en Norte y Sur, los "rankings" de todo tipo, el racismo, las clases sociales, militares y académicas, el organigrama vertical (línea) empresarial etc.
La tercera viene a referirse al aspecto armonizador entre las dos dimensiones anteriores, la explicación vía símbolo y/o lenguaje de la constante dialéctica entre las dos. Es el origen de la cultura, los mitos, la filosofía y la ciencia, del aspecto ocultista o esotérico en cuanto a religión. Es este aspecto también el que explica mejor la evolución real de las relaciones humanas. De una forma u otra, la evolución humana no es más que la evolución de sus "sistemas de significado", de las "imágenes" a que Morgan aludía más arriba. Este aspecto lo desarrollamos en los próximos párrafos.
Toda relación social tiene un significado distinto según el nivel a que nos refiramos. A continuación se esboza un continuo que podría bien recapitular filogenéticamente la historia de la civilización humana o bien la historia de las ciencias de la empresa, en un intento de ilustrar nuestra síntesis. Desde esta óptica, y como insistentemente hemos sugerido, la relación económica actual no es sino un tipo particular de relación social en un nivel determinado. El continuo pues, supone explicar endógenamente todas las ciencias sociales desde la variable exógena de la relación y organización humana, y como resultado de en sus dos dimensiones fundamentales de frecuencia y estandarización.
Entendemos por Frecuencia el número de veces por unidad de tiempo que los seres y/o grupos humanos mantienen cualquier tipo de relación o contacto, sea de intercambio ventajoso, hostilidad, amistad, curiosidad etc. Esta relación o intercambio pueden ser, y de hecho frecuentemente lo es, intangible y en gran medida inconsciente.
La Estandarización alude al grado en que se han creado, más o menos explícitamente, guiones, planes, patrones, normas, unidades de valor (cristalizadas, por ejemplo, en la moneda), sistemas de referencia o significados compartidos, entendidos y aplicados por las diversas partes que entran en la relación.
El modelo evolutivo que proponemos guarda fuertes semejanzas con el modelo constructivista. Una descripción válida de este la hacen Robert Kegan y Lisa Lascow Lahey (1984) aplicándola al fenómeno del liderazgo:
"Una aproximación constructivista atiende a los desarrollos en la misma construcción de la realidad del individuo, cómo él hace el significado -en este caso, hace significado del liderazgo o del ejercicio de la autoridad ..." (Kegan & Lascow, en Kellerman & Burns,, 1984, 202).
La aproximación constructivista propuesta sugiere que:
"1.- Ser humano es hacer significado. Para el ser humano, lo que en evolucionar importa es la evolución de los sistemas de significado; el trabajo del organismo es organizar, como dice Perry ... Nuestros significados no son tanto algo que tenemos como algo que somos ...
2.- Estos sistemas de significado modelan nuestra experiencia. La experiencia, como Aldous Huxley dijo, no es tanto lo que nos sucede como lo que nosotros hacemos que nos suceda ...
3.- Estos sistemas de significado dan origen a nuestra conducta en gran medida ...
4.- Excepto durante períodos de transición y evolución desde un sistema a otro, en gran medida, un determinado sistema de pensamiento organiza nuestro pensamiento, sentimiento y conducta para un amplio rango de conducta humana.
5.- Aunque cada uno crea el significado dentro de modos ricamente idiosincrásicos y únicos, hay sorprendentes regularidades en las estructuras subyacentes de los sistemas de hacer-significados y en la secuencia de los sistemas de significados a través de los cuales pasa la gente al crecer ...".
Como describen estos autores, el desarrollo es siempre un proceso de autocrecimiento del sistema de significado de uno mismo por medio de su integración (como un subsistema) en un nuevo sistema de significado. Lo que era "el todo" llega a ser "parte" de un nuevo todo (Kegan & Lascow, en Kellerman, 1984, 202). Recordemos que hemos propuesto una definición de organizar y de organización muy parecida a este marco conceptual.
Así, las etapas que vamos a proponer son realmente "sistemas de significado compartidos" por comunidades humanas en cierta medida replicables longitudinal y horizontalmente en nuestro mundo. Recordemos que las variables independientes que controlan la evolución a través de este continuo son la frecuencia y la estandarización de las relaciones sociales.
Además recordemos algo ya expuesto en el capítulo 3: Como toda experiencia de aprendizaje, el estudio de algo nuevo o inédito absorbe la atención, sea del niño o de la comunidad científica, hacia aquello que debe ser aprendido. Mientras tal aprendizaje dura, los contenidos y significados propios del nivel ocupan, estadística o históricamente hablando, la mente del discente o del investigador dotándolos de un realismo y relevancia mayores de lo que de una visión más holista pudiera desprenderse. Sin embargo, cuando tales contenidos son aprendidos, pasan a ser inconscientes y su desempeño automático y en cierto modo "dados por sentado". Así, la atención queda desenfocada para estos pasando a enfocarse en un nuevo nivel con sus correspondientes tópicos.
5.4.2.- El Continuo de Relaciones.
Imaginemos un hipotético origen de nuestra civilización donde el hombre se ha constituido ya en grupos tribales e intentemos ver cómo podrían evolucionar las relaciones entre estos grupos y dentro de cada uno de ellos.
1.- Reconocimiento: en primer lugar tenemos la coexistencia de tribus o grupos sociales donde nadie desea nada de la otra excepto por lo que atañe a ciertos conflictos producidos por el acceso común a un recurso escaso: el agua de un río, prados etc. Este recurso escaso obliga al reconocimiento mutuo de la existencia de cada tribu y a la necesidad de crear unas señas de identidad que destaquen las diferencias entre ellas. Las relaciones pueden limitarse a guerras y sus festejados triunfos o resentidas derrotas, en beneficio ambas de la identidad propia. La relación normal es de coacción por la fuerza de unos a otros y la vida transcurre en territorios separados. El valor considerado es la Diferenciación entre ellos y su objetivo la preservación e identificación con el territorio propio mediante la segregación mantenida por las fronteras.
2.- Contacto: en segundo lugar, estas tribus pueden darse cuenta de la ventaja y utilidad de poseer seguridad tanto biológica como la que supondría acceder sin peligro a ciertos recursos comunes de acuerdo a ciertas reglas, con lo que acudirán a formas primitivas de pactos informales. En este pacto informal suele reflejarse la no agresión y/o cierta tolerancia en la utilización de espacios comunes, pero muy raramente recoge la posibilidad de intercambio de bienes. Obviamente, tales contactos estarán destinados a destacar los valores comunes (similitud) de ambos grupos con el objetivo de conseguir seguridad mutua mediante el pacto informal.
3.- Negociación: La tercera
etapa puede encontrarse en la relación crecientemente tolerada de
intercambio de bienes materiales mediante el trueque, el cual probablemente
estará altamente estandarizado en ciertas pautas ceremoniales estereotipadas
como medio de reducir la ambigüedad e inseguridad consecuentes a las transacciones.
Ahora, el valor más conspicuo lo representan los bienes que son
intercambiados en cuanto a su utilidad intrínseca.
Obsérvese asimismo que las relaciones propias de estas tres etapas llevan implícita la consideración de la supra-identidad de su grupo respectivo como unidad de transacción final, si bien en grado decreciente. No es tanto el individuo quien efectúa la relación como su calidad de representante del grupo a que pertenece.
Tabla 5.12: Continuo Evolutivo de las Relaciones Sociales. Fuente: Elaboración Propia.
4.- Jurídica: Un desarrollo más grande (en cuanto a frecuencia y estandarización) de las relaciones entre estos grupos nos llevaría a la creación de un marco normativo altamente estructurado que trascendiera las identidades culturales propias en aras de una especie de "derecho global" aplicable a todo individuo perteneciente a tal "estado de derecho". La ley rige, en su más amplio sentido, las relaciones y los términos "mercado", "mercadería" y "mercader"(7) son figuras jurídicas propias del intercambio de mercancías. El objetivo propio de este nivel es el comercio instrumentalizado por medio de un contrato (medio formal estandarizado). La figura social más prominente es aquella que "sabe de leyes", de cómo hacer las cosas de acuerdo a la legalidad vigente.
5.- Economía: la cuarta etapa sería la que más concuerda con el mundo civilizado actual: el económico. La etapa anterior se ha consolidado estandarizando exponencialmente todo tipo de intercambios y delegando la potestad de elegir al individuo. El objetivo, antes mercantil y patrimonialista, deviene en otro marginalista y monetario: el beneficio como diferencia entre gastos e ingresos. Por sí mismo, el consumo crea su mercado correspondiente y las unidades que van a crear los bienes que satisfagan los deseos se instrumentalizan como "unidades de producción" o empresas. Aunque ya existente en la etapa anterior, el protagonismo de la unidad de intercambio común frente a la cual puede valorarse cualquier bien o servicio, el dinero, tiene lugar ahora. Si antes el poder venía dado principalmente por contratos jurídicos ligados a la propiedad de bienes, ahora queda materializado en el dinero a secas, el cual, además, se convierte en la más formidable herramienta para acumular poder, la materialización más abstracta del poder generada por el mercado.
6.- Información: la siguiente etapa podría concebirse desde la aceptación de la necesidad continua de establecer estándares y su relación con la creciente importancia del universo semántico y simbólico en el mercado. Inspirándonos en la clasificación de Stevens (1960) anteriormente citada, "grosso modo", podríamos distinguir cuatro tipos de estandarización.
La primera estandarización comenzaría con la vinculación, por medio de etiquetas o descripciones, de bienes y grupos o individuos (Nominal). Sería propia de una primera sub-etapa jurídica que podríamos calificar de "patrimonialista". Un ejemplo lo podríamos tener en la estandarización de documentos como las escrituras de propiedad, en las cuales se vincula al propietario con el bien en cuestión. Sin embargo, esta fase no podríamos caracterizarla propiamente como estandarización.
La primera estandarización significativa (que podríamos
llamar Estandarización Primaria o
de
Razón) consistió en la emergencia del dinero
fiduciario propio de cada cultura (sistema de significados compartidos)
nacional y correspondería a una sub-etapa más avanzada dentro
de la etapa jurídica cuya denominación podría corresponder
a "mercantil".
La segunda (Estandarización Secundariao
de
Paridad) podría establecerse con la aparición de mercados
normalizados (inter-nacionales) de dinero donde se intercambia este según
su paridad reconocida en tablas de "cotización oficial de divisas"
.
Pero la necesidad de estandarización no ha hecho sino comenzar.
Ahora, la Estandarización Terciaria
(o de Significados) supone un nuevo y complejo reto interdisciplinar
ligado tanto al mundo de la comunicación y de "sistemas
de tratamiento de la información" como a la "construcción
simbólica de la realidad social". Esto es lo que intentamos
expresar en la tabla 5.13.
Tabla 5.13: Estandarización de Razón, de Paridad y de Significado y Etapas Continuo. Fuente: Elaboración Propia.
Estandarización | Etapa | Factor Clave | Etapa |
Nominal | Jurídica | Leyes | Jurídica Patrimonial |
De Razón (Numérica) | Primaria (Intra-grupos) | Dinero Nacional | Jurídica Mercantil |
De Paridad | Secundaria (Inter-grupos) | Divisas | Económica |
De Significados | Terciaria (Global) | Conmensurabilidad | Información |
En primer lugar, la mundialización creciente de los mercados junto a la caída de las barreras culturales "nacionalistas" para el libre comercio, instrumentalizadas normalmente en tipos aduaneros, obliga al consenso y a la creación de productos "globales" que satisfagan necesidades cada vez más homogéneas. Nótese que, aunque ignoradas por la Teoría Económica clásica, las diferencias culturales, étnicas y jurídicas propias de las distintas partes de nuestro planeta han sido cada vez más investigadas por el Análisis e Investigación de Mercados propias de la evolución del Marketing en sus numerosas acepciones (Operativo, Estratégico, Internacional Global, etc.). Paradójicamente, el "laissez faire" implícito en aquella está cada vez más representado en la realidad actual gracias a la homogeneización producida por los medios de comunicación.
En segundo lugar la aparición de "lenguajes y sistemas artificiales" propios de la innovación tecnológica (electrónica, informática, know-how, telecomunicaciones etc.) con sus mercados y lucha por el monopolio consecuente a su establecimiento como estándar. Pensemos en los estándares PAL, SECAM y VHS, BETAMAX y 2000 en sistemas de codificación/emisión de imágenes y su tratamiento en magnetoscopios de uso doméstico, el standard Apple Macintosh, el IBM PC y algunos más en arquitecturas Hardware y el Sistema UNIX, MSDOS, WINDOWS u OS/2 correspondientes en sistemas operativos. Todo ello determina la necesidad de acudir a consorcios entre multinacionales del sector (las naciones pierden cada día más su importancia) para conseguir cierta fuerza competitiva en un mercado de fuerte competencia, y también cooperación, monopolística.
En tercer lugar la emergencia de nuevos "bienes económicos" ligados a la información. La información es un bien escaso cuyo valor radica tanto en la natural necesidad de "saber", como en la búsqueda de significado como medio reductor de la incertidumbre social. Recordemos la jerarquía de Maslow de Necesidades Cognitivas (saber y entender) y cómo nosotros las hemos rebautizado como Necesidades de Información (y recordemos también las aportaciones de la moderna microeconomía al considerarla de igual forma). Una ciencia como la Contabilidad ya ha aceptado en sus normativas (estándares) que el fin último de esta sea la información a sus usuarios (socios, empleados, proveedores, clientes, estado y sociedad en general) sobre el estado de la empresa. Cada día más, los tradicionales bienes económicos llevan adheridos todo tipo de información relativa a múltiples cuestiones sociales y culturales, desde la composición química y su impacto en la ecología hasta todo un variopinto universo simbólico transmitido por los medios de comunicación de masas como respuesta a un cuidadoso análisis y segmentación del mercado de referencia y con la creación del mensaje publicitario que debe acompañarles.
Esta información, además, lleva probablemente consigo unas leyes de funcionamiento muy distintas a las de la etapa económica, sobre todo cuando pensamos que la información es, más que un bien, un modo de representarse el mundo. Nos viene a la mente el cómo el triunfo del estándar VHS (siendo inferior tecnológicamente) se debió a la licencia de su tecnología a terceros, en contra de toda lógica económica. El fenómeno del IBM PC y sus clónicos tiene igual lectura, de modo que no es sorprendente que el gran rival de IBM: Apple Macintosh, y después de años de exclusividad tecnológica, haya acabado por licenciar su tecnología a terceros para sobrevivir (precisamente a una empresa filial de IBM: Radius). Un intento de explicación académica relativamente reciente acerca de un caso similar la tenemos en Garud y Kumaraswamy (1993) al explicar la "estrategia de sistemas abiertos de Sun Microsystems":
"Una parte integral de la competición es denegar el acceso a los rivales a el conocimiento técnico propietario. Sin embargo, Sun Microsystems provee a los rivales de fácil acceso a su conocimiento técnico y les anima a entrar en su mercado de estaciones de trabajo [workstations]." (Garud & Kumasarwamy, 1993, 351).
Estos autores atribuyen la ventaja competitiva de esta estrategia a la naturaleza cambiante de la competición en las industrias en red (network industries): "industrias caracterizadas por externalidades de red y construidas alrededor de sistemas tecnológicos".
Además, como los usuarios demandan compatibilidad entre los ordenadores, las empresas se sienten impelidas hacia la estrategia de sistemas abiertos. Esta situación ha sido descrita con nitidez por el máximo responsable (Scott McNealy) de Sun Microsystems:
"En el pasado, las compañías de ordenadores habían sido capaces de cargar un plus por sus sistemas propietarios; en el futuro, tendrán que ofrecer un descuento" (McNealy, 1983 en Garud & Kumaraswamy, 1993, 366).
Pero la información se organiza y se "construye"; y al resultado de esto, le llamamos "representación". La misma organización formal es "información representada". Como ya vimos, la moderna Economía Industrial puede considerarse como un intento de la Economía de entrar en la etapa de información. Como Cooper (1992) afirma:
"Extendiendo el análisis de Williamson, Schotter (1981) ha re-trabajado la relación entre racionalidad y organizaciones en el lenguaje de la teoría de la información. La información ya no es ya un bien que está más o menos disponible; es ahora aquello que tiene un valor sorpresa. Si un evento puede ser predicho o ya es conocido, ello lleva poca o ninguna información. La información se incrementa con la impredictibilidad. Schotter ve las estructuras organizativas como formas de complejidad informacional. La experiencia pasada llega a ser sedimentada en las estructuras de una organización donde funciona como una guía de eventos futuros. Cuanto más completamente codifiquen la información las estructuras organizacionales, menos probable es que haya impredictibilidad o incertidumbre." (Cooper en Reed & Hughes, 1992, 254).
Sin embargo, como hemos dicho, esto no es suficiente:
"Pero ambos, Williamson y Schotter, pasan por alto un acto fundamental y obligatorio en el procesamiento de la información: la representación ... Cuando Williamson, por ejemplo, habla de los efectos de la información sobre la organización del mercado, está realmente hablando de cambios en un constructo representacional de ese mercado. La representación viene primero; la información es aquello que aumenta o reduce el poder de la representación. Sobre este análisis, las organizaciones no son meramente organizadoras de la información; también construyen las formas en las cuales aparece la información." (Cooper en Reed & Hughes, 1992, 255).
De este modo, podríamos afirmar que nos encontramos en una era de transición donde el "paneconomicismo" viene a ser sustituido por un énfasis en los sistemas de comunicación y de "procesamiento de la información", el estudio de los cuales quedaría asignado a nuevas ciencias interdisciplinares cuya denominación podríamos concretarla en algo parecido a la "Dirección, Gestión y Administración de la lnformación y su Significado".
El valor de esta era entrante es pues el significado, su objetivo la comunicación, su método el mensaje (con sus correlatos explícitos en los procesos de codificación/decodificación, el canal, la fuente etc.) y sus medios los cada día más variados "medios de comunicación" (mass media): prensa, radio, televisión etc.
7.- Formación: sin embargo ya puede avizorarse la aparición explícita del, hasta ahora oculto, actor de todo este continuo de relaciones: el ser humano. Ello viene originado por diversos factores.
En primer lugar, el continuo acercamiento temporal entre innovación y aplicación comercial de los hallazgos de los departamentos de "I + D" de las organizaciones hace que la frontera temporal entre la investigación y el desarrollo de nuevos productos se desvanezca, de modo que el aspecto estratégico fundamental para la ventaja competitiva venga a centrarse en una especie de cultura empresarial "innovadora, creativa y flexible".
En segundo lugar, la noción de "know-how" (saber cómo) queda más ligada a los pocos recursos humanos que la explicitan porque el acortamiento temporal citado entre innovación y aplicación impide la extensión de los descubrimientos a grupos más amplios o su estandarización. En otras palabras, la innovación, cada vez más, no puede "activarse" como inmovilizado desconectándose del equipo humano que lo posibilita, y su valor reside cada vez más en el recurso humano y menos en las "fórmulas y patentes" estáticas transmisibles por soportes de papel o informáticos. Recordemos la alusión en capítulos anteriores a Economía Evolutiva y la Teoría de Recursos y Capacidades en este sentido.
En tercer lugar, el tópico esencial de la investigación organizacional de nuestros días ya no es la motivación individual del empleado, sino la "identificación" con el "proyecto de empresa" para conseguir la integración de todos los recursos humanos de la empresa mediante un adecuado "espíritu de equipo" que propicie el "aprender a aprender" en todas las situaciones, como método por excelencia de investigación y análisis del entorno tanto externo como interno de la organización.
La formación, a diferencia de la
mera "información" implica una integración armónica
y ordenada de conocimientos, significados, experiencias
e investigación. Supone involucrar
e identificar a grupos enteros con la inevitabilidad del cambio, la necesidad
de flexibilidad y adaptación constante. Así, la era de la
información-comunicación-significado sería sustituida
por la de la formación-comprensión-integración como
modo más eficiente y eficaz de management. Ya vimos cómo
el "boom" de los Recursos Humanos
supone un salto conceptual de la concepción jurídico-económica
clásica del factor humano como
coste (Administración
del Personal, Gastos de Personal) a la concepción organizacional
moderna de inversión o
recurso.
Este salto tiene en la formación y desarrollo de los recursos humanos
su natural exponente. La citada evolución de Besseyre
des Horts en cuanto al factor humano puede ahora ser contrastada con las
etapas de este continuo, las necesidades de Maslow y los mecanismos de
coordinación de Mintzberg, lo cual
se ilustra en la tabla 5.14. Volveremos sobre este tema al final de este
capítulo.
Tabla 5.14: Analogías de la Función Social, Necesidades, Estructuras y Continuo de Relaciones. Fuente: Elaboración Propia.
8.- Innovación. La innovación es la cultura del descubrimiento, la aceptación (realizing) de la inevitabilidad del cambio. Esta etapa supondría la trascendencia del nivel de los recursos humanos para adentrarnos en el fascinante universo del cambio continuo. Todo cambio solo lo es si el referente respecto al cual lo comparamos evoluciona más lentamente. Aunque parezca abstruso, el yo humano, la personalidad, probablemente evolucione más lentamente que el resto de la aceleración histórica que él mismo, aparentemente, está produciendo en todos los ámbitos. La comprensión y aceptación de esta realidad, junto con el desembarco en nuevos marcos conceptuales que permitan investigar la creación (y su subproducto, la creatividad) sin miradas de suspicacia por parte de la comunidad científica tienen, creemos, mucho que ver con esta etapa. Además, como expusimos en el apartado de la "Ciencia Z", la creatividad supone aceptar la existencia de "otro nivel" por encima de los tradicionales tres niveles de funcionamiento humano: el conductual, el emotivo y el cognitivo. En el próximo capítulo propondremos que el procesamiento de información (cognición) puede ser subordinado por la atención, asiento de la creación. También lo consideraremos al presentar los 6 tipos de mente y las 6 H´s.
En cuanto a la Dirección de Empresas, podríamos encontrar
la siguiente jerarquía (siempre enfatizando que estamos esbozando
un cuadro incompleto y orientativo) que ya hemos sugerido con nuestra aportación
de la matriz M-E:
Tabla 5.15: Analogías entre Dirección de Empresas, Continuo de Relaciones y Otros Tópicos. Fuente: elaboración propia.
Etapa | Tópico Directivo | Mintzberg | Maslow | Gestión de | Palabra Clave | Unidad de Medida |
Negociación | Dirección Científica | Empresarial | Fisiológicas | las Tareas | Métodos | Tiempo |
Normativa | Planificación Estratégica | Maquinal | Seguridad | los Recursos | Control | Unidades Físicas |
Económica | Dirección Estratégica | Diversificada | Sociales/Logro | la Ventaja Competitiva | Competitividad | Dinero |
Información | Recursos y Capacidades | Profesional | Status | las Capacidades Distintivas | DiferenciaciónExclusividad | Significado |
Formación | Desarrollo Organizacional | Innovadora | Autorrealización | la Comprensión o el Aprendizaje | CambioInclusividad | Investigación |
Innovación | Dirección Innovadora | Misionaria | Trascendencia | Calidad Total | Servicio a la Sociedad | Descubrimiento |
El concepto organizar puede, desde una perspectiva "representativa", entenderse como el "acto de dar sentido, en una nueva unidad a lo que previamente eran distintos sentidos o unidades independientes". Si esto es así, una eventual Ciencia de la Organización sintetizaría eficiente y eficazmente en un nuevo y único sentido múltiples disciplinas (unidades) con sentidos numéricamente distintos e independientes. La máxima organización podría encontrarse en los niveles Z de unidad suprema que ya describimos para distintas disciplinas y autores, especialmente aquellos vinculados al paradigma del Desarrollo Organizativo, Transformacional o de la Complejidad
Démonos cuenta de que toda organización (o acto de organizar) es compleja en el más amplio sentido de la palabra y que lleva implícitas, automáticamente, múltiples dimensiones, entre las cuales podríamos destacar dos de ellas:
1.- La Económica. Todo acto de organizar conlleva, implícitamente, una economía de medios. Hablar de medios a secas carece de sentido. Al igual que, financieramente hablando, un capital (o montante) no puede entenderse ni evaluarse sin aludir a su dimensión temporal, el concepto "medios" tampoco puede concebirse sin acompañarlo de la dimensión "fines". En la Empresa, concretamente supone recalificar los fines anteriores como medios para el nuevo fin. La optimización, valga el ejemplo, está presente tanto en el Arte como en la Ciencia. La poesía genuina es una asombrosa economía de medios lingüísticos para expresar algo.
En cuanto a los "fines", el "ánimo de lucro" o el "beneficio" no son más que unas categorías conceptuales esclavas de un trasfondo cultural, histórico y necesitado (en el sentido de Necesidades humanas) específico. En concreto son categorías morales y éticas más que científicas. Una verdadera Ciencia de la Empresa debería emanciparse de este aspecto particular de la visión económica cuyas raíces se asientan en el puritanismo y el protestantismo religioso, para enfocarse en los espacios multidimensionales del significado y de la complejidad.
Epistemológicamente pues, la Economía deviene como una ciencia instrumental subordinada al significado pertinente que los grupos humanos elijan, en un momento determinado, para organizarse.
2.- La Psico-Sociológica. Este significado del apartado anterior es un constructo psico-sociológico que nace de las necesidades humanas. Como creación humana pues, la Organización obedece siempre a una serie de necesidades también humanas. Estas, cabe suponer, se organizan jerárquicamente y determinan qué se optimiza, qué son medios y qué son fines.
Además, los conceptos de hábito, rutina e inercia vienen a incluirse aquí también. Paradójicamente, a su vez, podríamos concebir a un burócrata como aquél que optimiza su vida en función de la seguridad. Las acciones de su vida son los medios con que alcanzar su fin supremo: la seguridad. Y el "ánimo de lucro" se metamorfosea aquí en "ánimo de seguridad". Visto así, esta dimensión explica la relativa estabilidad de las organizaciones, las cuales hacen las cosas "porque siempre se hicieron así" y, en un sentido más positivo, es la que explica el carácter, personalidad o identidad de una organización, aquello que perdura a través del tiempo.
Pero también debe advertirnos cómo la Psicología Conductista no es una verdadera Psicología. Los conceptos de "refuerzo" y de "estímulo-respuesta", típicamente definidos como "todo aquello que incremente la posibilidad de aparición de una conducta", vuelven a ser, como en el caso de la Economía, más símbolos éticos y morales, ligados a una época histórica donde las máquinas causaban verdadera fascinación, que conceptos científicos. Parecen ser términos esclavos de una concepción burocrática y mecánica del hombre calcados de las fábricas manufactureras y de su maquinaria al uso. De nuevo, lo que no explicita el conductismo es de qué está hecho el "refuerzo", su contenido. Este depende absolutamente del nivel de necesidades que vaya a satisfacerse. De modo que el conductismo es una ciencia instrumental del significado pertinente que elijamos en el acto de organizar.
Por otro lado hemos intentado ilustrar cómo distintas disciplinas hablan de lo mismo con conceptos sintácticamente distintos pero semánticamente similares. Nuestra Matriz Motivación-Estructura es un ejemplo, al ligar los Mecanismos de Coordinación de Mintzberg con las Necesidades de Maslow. Pero esto debería entenderse como un ejemplo de lo que puede hacerse para sentar las bases de una nueva ciencia holística que, más que interdisciplinar, pueda calificarse de "transdisciplinar", esto es, que trascienda las disciplinas particulares, con sus sesgos implícitos, en beneficio de percepciones más profundas y globalizadoras.
En el Continuo de Relaciones aplicamos la misma lógica pero, en vez de hacer una analogía necesidades-organización, la hacemos de aquellas con las distintas disciplinas que se han ocupado de la empresa. Resaltemos el paso que se está dando en la actualidad entre la etapa económica y la informativa, lo cual no es óbice para que también esté activa la etapa de formación e innovación.
Para introducir el próximo tema recordemos que hemos propuesto que la relación humana tiene dos formas extremas:
1.- El intercambiar satisfacciones de necesidades (que no bienes en el sentido fisiocrático), a lo cual denominamos Mercado y al mecanismo Transacción. Es el origen de la dimensión económica de Organizar, su aspecto de caos o desorden.
2.- El satisfacer mutuamente las necesidades, a lo cual le hemos llamado Organización, y el mecanismo Identificación. Es el origen de la dimensión cultural de Organizar, su aspecto Organización u orden.
Ninguna de ellas se da nunca de forma pura, es más, como dijimos, la una tiene las raíces en la otra y nunca pueden existir por separado. Proponemos pues, una visión dialéctica. Y esta clasificación es la base para el próximo capítulo donde se desarrolla esta tesis.
En él pretendemos arrojar algo de luz sobre algunos enigmas poco estudiados: ¿Cual es la barrera que distingue al Ego, al "yo", del grupo y la sociedad? ¿Puede articularse un continuo Ego-Grupo? ¿Existe la percepción intuitiva, sin pensamiento? Si existe, ¿Qué relevancia tiene y qué relación guarda con la creatividad, la innovación o la Autorrealización de Maslow? Finalmente, ¿Cual es la relación, si existe, entre la Organización, el Mercado y estos procesos?.
Además, este capítulo final, en su esfuerzo teórico
para contestar estas preguntas, propone un concepto probablemente complejo
pero, creemos, muy útil. El concepto central, la Sintonía,
puede tanto aceptarse en su hipótesis dura, físico-biológica,
como en su hipótesis débil, en términos de procesamiento
de información "social". Esta última, al estilo de una metáfora
modelizadora, es suficiente para los propósitos de esta tesis, aunque,
eventualmente, no nos gustaría renunciar demasiado fácilmente
a una posible generalización más amplia de su vertiente "dura".
Asimismo, esta sintonía será reivindicada como el mecanismo
que permite articular el paso de la Organización al Mercado.
Repasamos también el concepto de racionalidad y ofrecemos igualmente
un continuo de 6 niveles que tendría su correspondencia tanto con
la necesidades, mecanismos de coordinación e imágenes de
la organización citadas como con paradigmas o líneas de investigación
en las disciplinas empresariales.
Índice
Notas al pie del Capítulo 5
(1) Este autor fue concebido, en la investigación preliminar sobre la autorrealización de Maslow, como un posible "hombre autorrealizado" (Maslow, 1970, 197).
(2) Basta como ejemplo ver cómo el Plan de Contabilidad recoge a las remuneraciones a estos en el subgrupo de Gastos denominado "Gastos de Personal" con sus cuentas "Sueldos y Salarios" y "Seguridad Social a Cargo de la Empresa", entre otras.
(3) Hemos utilizado la 3ª edición (traducida al castellano) de "Motivación y Personalidad" que corresponde a la 2ª edición completamente revisada por Maslow en 1970 (seis meses antes de morir) de la original de 1954.
(4) Ponemos en negrita los conceptos por sernos de gran utilidad para la síntesis posterior.
(5) Él negaba serlo. Afirmaba que, a diferencia de otras corrientes personalistas (marxismo, freudianos, junguianos, etc.), la corriente humanista era una creación de varios y que no quedaba adscrita a la personalidad única de nadie (Maslow, 1970, 378).
(6) Davis, Keith: "Humans Relations at Work", 1967, 480.
(7) "Mercado", en abstracto, es un término más ligado a la siguiente etapa: la económica; mientras que mercadería y mercader, como sustantivos más concretos, son más atribuibles a esta etapa jurídica. Índice Bibliografía del Capítulo 5
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