INTERACCIONISMO SIMBÓLICO EN LA SOCIALIZACIÓN ORGANIZACIONAL (Reichers, 1987)

Extracto de la tesis de licenciatura de Pinazo, D. (1993)

 

Reichers, A.E. (1987). A interactionist perspective on newcomer socialization rates. Academy of Management Review, 12, 278-287.

 

            Buscando comprender los procesos particulares de socialización de los recién llegados en las organizaciones, Reichers (1987), ofrece una perspectiva en la que posee gran importancia el proceso de creación de sentido explicado por Louis (1980), al cual considera una "apropiada y general metáfora". Reichers le da el nombre de interaccionismo simbólico

 

            Esta perspectiva sugiere que la fase de encuentro es com­pleta cuando: a) la ansiedad resultante de una carencia de iden­tidad situacional se reduce y b) el significado que los recién llegados refieren a los aspectos de la vida organizacional es similar al significado que expresan los veteranos.

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            El interaccionismo simbólico es un proceso de interacciones entre los miembros de la organización, que facilita a los nuevos miembros, la adquisición de los significados necesarios para comprender su lugar de trabajo y las sorpresas que les produce, y la formación de su identidad situacional (Katz, 1980; Wanous, 1980). Los significados se suscitan de: las relaciones entre un hecho, la respuesta a este hecho por una segunda persona, y el resultado de esta interacción. Esta perspectiva implica que los  recién llegados crean sentido y llegan a comprender su rol en el grupo de trabajo, así como sus propias capacidades y requerimien­tos precisos del rol, mediante diversos modos específicos de interacción simbólica.

           

            La perspectiva interaccionista, según Reichers, implica que las medidas de ajuste son solo un indicador de la transición entre la socialización inicial y las etapas siguientes.

 

            La interacción simbólica es facilitada en sí misma, a través de la proacción de veteranos y recién llegados. Reichers define la proacción, como toda conducta que busque, activamente, opor­tunidades de interacción simbólica (preguntarse sobre cosas que se desconocen, detenerse en otros despachos, iniciar compromisos sociales, buscar el diálogo con otros compañeros, etc.). La actividad de veteranos y recién llegados, buscando aumentar sus interacciones mutuas, completa con más rapidez la creación de sentido y el establecimiento de una identidad situacional.

 

            Será más fácil crear sentido a las situaciones del ambiente, encontrando los significados adecuados, aumentando la frecuencia de las interacciones personales. Reichers cree que las medidas de frecuencia de interacción podrían correlacionar con una medida de ajuste a la organizaciòn, por lo que propone que la investigación futura evalúe la contribución de la frecuencia de interacción sobre el grado de socialización, como complemento a los índices de autopercepción del ajuste.

 

            Esta aproximación afirma que el significado atribuido a una sorpresa, se suscita de las interacciones entre los miembros de la organización, de esta forma las percepciones que cada miembro posee de lo que sucede, son transformadas en respuesta a estas interacciones. Desde este punto de vista, los individuos no se pueden separar de sus ambientes, ya que contribuyen, ellos mis­mos, a la creación de sentido de ese ambiente participando en él. Situaciones e individuos se determinan mutuamente, y la realidad y el significado dado a la percepción de esa realidad se convier­ten en construcciones sociales.

 

            Cualquier forma de interacción interpersonal puede ser considerada una interacción simbólica si la interacción crea un significado común o comprensión común entre las dos partes. Cada interacción interpersonal no es necesariamente una interacción simbólica si las dos partes no comparten una comprensión de qué significa la interacción.