TEMA 2. EL CONTEXTO SOCIAL E HISTÓRICO DE EMERGENCIA DE LA SOCIOLOGÍA INDUSTRIAL. quinta parte.
1. La ambivalencia crisis - bienestar.
A. Crisis del welfare state o crisis del modelo civilizatorio occidental.
El llamado "Estado del bienestar" parte de la situación en la que las autoridades públicas satisfacen una serie de necesidades sociales, que hoy se consideran básicas y a las que todo el mundo siente tener derecho en las sociedades industriales avanzadas: el trabajo, la salud, la educación, una jubilación digna y, en general el mantenimiento de condiciones sociales y ambientales que ayuden a superar los estados de marginación de ciertas minorías (menores desprotegidos, minusválidos, ancianos solos, delincuentes juveniles, etc.). Este tipo de actuaciones de los poderes públicos se engloba bajo el calificativo genérico de "política social" y el orden sociopolítico e el que se produce se conoce como Estado del Bienestar.
- Concepto de Estado.
Intentando superar las concepciones liberal y marxista, desde un intento de
síntesis, Lentner caracteriza así el concepto:
"El estado es una organización política compleja que se compone
de los siguientes elementos:
+ Territorio.
+ Población.
+ Continuidad.
+ Gobierno
+ Funciones tales como seguridad, orden, justicia, bienestar
+ Recursos
+ Finanzas
+ Burocracia
+ Soberanía
+ Existencia como parte de una comunidad de estados.
Esta concepción difiere del planteamiento
liberal, que lo reduce al gobierno y al aparato administrativo
y que a su vez deben recortarse lo más posible. Y difiere
del concepto marxista según la cual el Estado no es más
que la expresión de la clase dominante, la burguesía,
que desaparece con el fin de la misma e la sociedad comunista
sin clases. Ambos planteamientos devalúan el papel del
Estado y rechazan la idea de que toda la sociedad puede utilizar
el mecanismo del Estado para actuar en la búsqueda del
bien general o el bien común.
Sin embargo la evidencia histórica muestra aspectos centrales
de otro tipo en la visión del estado: las nociones de comunidad,
finalidad pública y un instrumento permanente que maneja
recursos en la persecución del bien común. El papel
benefactor del Estado incluso se recoge en las modernas Constituciones
políticas, que suelen incluir apartados sobre los derechos
económicos y sociales de los ciudadanos junto a las clásicas
declaraciones de derechos civiles y políticos del S. XIX.
- Concepciones teóricas sobre la
política social.
Se pueden distinguir planeamientos liberales clásicos
reformados, planteamientos socialistas del marxismo clásico
y el neomarxismo, y planteamientos reformadores destacando los
de la socialdemocracia y la Doctrina Social de la Iglesia.
+ La concepción liberal.
La concepción liberal del papel del Estado, y, por tanto,
de la política social, hunde sus raíces en algunos
economistas y pensadores del siglo XVIII como Adam Smith o los
teóricos del constitucionalismo americano. En nuestro siglo
tal vez el máximo exponente de la versión liberal
clásica sea Milton Friedman. Éste y otros autores
liberales critican el crecimiento del sector público y
la expansión de los servicios sociales en las economías
desarrolladas del mundo occidental como amenazantes de la iniciativa
individual y el libre mercado de bienes y servicios que son los
principales pilares del orden social. Cuando la libertad de iniciativa
opera sin cortapisas, la economía se desarrolla expansivamente,
hay más para todos y se consigue una mayor igualdad. Según
Friedman la intervención del Estado en la economía
y la sociedad generaría estos efectos:
· Desorganización social al reconocer derechos sociales
a los ciudadanos, que desarrollan expectativas ilimitadas
· Un despilfarro de recursos, porque al ser gratuitos los
servicios sociales su demanda es ilimitada mientras que no ocurre
lo mismo con la oferta.
· Ineficiencia de la administración del Estado por
no estar sometida a la lógica del mercado.
· Amenazas a la libertad individual.
Ello no obsta, según Friedman, para
que el Estado mantenga ciertas áreas clásicas de
intervención: mantenimiento del orden impidiendo el uso
de la fuerza por los particulares, intervención cuando
el intercambio voluntario es demasiado caro o imposible, intervenciones
de tipo paternalista en casos extremos de necesidad o irresponsabilidad
de ciertos individuos o sectores sociales.
Otras concepciones menos radicales del pensamiento liberal son
las que representan economistas y sociólogos como Galbraith
o Dahrendorf. Para Galbraith la libertad individual, la competencia
y el mercado son fundamentales, pero la dinámica del desarrollo
capitalista hace muy difícil la regulación automática
de la actividad económica. De aquí la necesidad
de planificación cierta intervención estatal a
fin de evitar conflictos sociales de gran envergadura sin renunciar
a la competencia y la iniciativa individual que constituyen la
garantía de la innovación y el progreso.
+ Los planteamientos reformadores de la socialdemocracia y la doctrina social de la Iglesia Católica.
La clase media como referente, cultura del
ocio y medios de comunicación de masas.
Crisis de las ciudades: inseguridad, contaminación, pobreza,
paro, drogodependendencias,...; Crisis en el orden social: marginación
juvenil, improductividad de la tercera edad, feminismo, ...; Crisis
ecológica y agonía del medio rural.
El consenso social en torno al Estado del Bienestar.
Las razones económicas y sociales expuestas nos proporcionan una explicación de la lógica de la "creación" del E. B. Pero hay que tener en cuenta que un sistema de regulación de la vida económica, política y social, no puede mantenerse sino confluyen otros factores. El primero de ellos se refiere a la coherencia entre lo que el modelo propone y las características del entorno en ese momento. Las características políticas, productivas, sociales, demográficas respondían a las exigencias del Estado del Bienestar.
Pero no debemos olvidar su base de legítimación social. El Estado del Bienestar se construyó gracias a un gran consenso social donde todos los agentes implicados estaban de acuerdo en hacer compatibles una serie de demandas hasta ahora contradictorias. La contradicción hasta ahora más importante era la que enftentaba al capital y al trabajo. El hacer compatible la supervivencia de las leyes del mercado con las demandas de una clase obrera todavía con "tentaciones revolucionarias" fue uno de los grandes acuerdos obtenidos. La solución consistió en encontrar una especie de "capitalismo corregido" por medio de la intervención estatal que proveía de servicios sociales, y a través de la inclusión de, los representantes de la clase obrera en la toma de decisiones (políticas de concertación social).
Este acuerdo se extendió a toda la sociedad y consistía en una especie de pacto por medio del cual se aceptaba socialmente el mantenimiento de una ecnomía de mercado, la consecución de mayores cuotas de igualdad social, y el papel del Estado como responsable de los dos objetivos anteriores. La existencia de un sistema fiscal progresivo, la articulación de una política de rentas y la dotación de un verdadero sistema de protección social, fueron los instrumentos fúndamentales que hicieron efectivo este pacto.
El intervencionismo del Estado del Bienestar en la vida económica y la dotación de políticas sociales no son suficientes para entender la estabilidad del E. B. Nos hace falta considerar otro gran componente que se refiere al acuerdo social existente sobre el papel del Estado. Este otro pilar de legitimidad social, consiste fundamentalmente en otorgar credibilidad al Estado, a sus instrumentos y a sus resultados No vasta el intervencionismo y los servicios sociales; es preciso que socialmente sean considerados deseables.
La crisis del Estado del Bienestar.
Para entender la crisis resulta conveniente
considerar al E.B. como un conjunto de instrumentos de intervención
(política fiscal, servicios públicos ) que de algún
modo gozan de legitimidad
social. En este sentido cabe identificar un componente objetivo
(lo que el Estado hace) y un componente
subjetivo (la aceptación social de la intervención
estatal).
- La crisis del E.B. afecta a estos dos componentes, y es por esto por lo que podemos hablar de una crisis de las herramientas tradicionales del E.B. y de una crisis de legitimidad.
-El punto de partida para entender el componente objetivo de la crisis es el nuevo contexto económico internacional en el que tienen que desenvolverse las economías de los países occidentales, y su primera manifestación es la denominada . crisis fiscal del Estado". Este nuevo contexto viene definido por dos rasgos fundamentales:
" situación de recesión
de las economías capitalistas, que se ven afectadas por
un descenso de
competitividad en el plano internacional, y la emergencia de nuevos
países industriales
(fundamentalmente del sudeste asiático) que aprovechan
una situación de progresiva apertura de los
mercados internacionales para introducir productos a precios muy
bajos en los países occidentales. El resultado es el estancamiento
económico que da lugar a una merma de los ingresos estatales
al decrecer la actividad económica, junto con mayores exigencias
de gasto, fundamentalmente destinado a proteger un conjunto de
situaciones sociales derivadas del desempleo.
Este desequilibrio entre ingresos y gastos, introduce una espiral de consecuencias macroeconómicas derivadas de las necesidades de financiación del Estado (elevación del precio del dinero, inflación...que terminan socavando la ya dañada competitividad de las economías occidentales.
Ante una situación como esta, las viejas herramientas del Estado del Bienestar, apoyadas fundamentalmente en el gasto público como motor de la economía, terminan por ser imposibles (debido al creciente déficit) y contraproducentes, en la medida en que los estímulos a la demanda no son garantía suficiente de una reactivación económica en un contexto de economías abiertas (el mayor consumo de un país puede estar generando puestos de trabajo en los nuevos países industriales). En definitiva, el Estado se encuentra con que las viejas herramientas keynesianas no sirven para enfrentarse a los nuevos problemas, y es en este contexto donde hay que situarse para entender la gran reacción neoliberal de los años 80 (vuelta a las leyes del mercado con el mínimo de regulación estatal), y el creciente atractivo que adquiere la *sociedad civil * como algo alternativo a la presencia del Estado.
- Desde el punto de vista sociológico, tiene un gran interés el déficit de legitimación social que afecta al E.B. El gran consenso social alcanzado después de la segunda guerra mundial, apoyado en la aceptación de un Estado protector y unos agentes sociales colaboradores empieza a romperse. Esta merma de legitimidad viene acompañada, además, por la aparición de graves problemas que afectan a la credibilidad de los regímenes democráticos (mercantilización de los procesos electorales, corrupción...), y por la aparición violenta de los particularismos nacionalistas.
Si tuviéramos que identificar los factores que afectan a este consenso social, tendríamos que recoger influencias diversas, en la medida en que los componentes sociales sobre los que se apoya el E.B. también lo son:
En primer lugar hay destacar una creciente crítica al papel redistributivo del Estado, entendido este como el engarce entre un sistema fiscal progresivo que se encarga de captar recursos, para redistribuirlos por medio de las políticas sociales. La percepción creciente estima que las transferencias de renta que se encarga de regular el Estado son cada vez menos "verticales" (de los grupos mas favorecidos económicamente a los menos), tal como pretende la filosofía originaria del E.B., y progresivamente más horizontales : de los grupos sociales que aportan ingresos (asalariados de sectores no sumergidos) a otros que se benefician de las aportaciones, y que no tienen porque situarse en una posición económica inferior que los anteriores.
* Exceso de en los servicios públicos que favorecen
la ineficacia de sus actuaciones e
interponen cada vez más mediaciones entre las necesidades sociales y
las prestaciones.
* Mayor complejidad en la estructura ocupacional que dificulta la articulación
de las demandas sociales por medio de los sindicatos. Al mismo tiempo la perdida
de poder de los sindicatos.