2.1.1. Acción Social en el Ciberespacio.
Un elemento que define la estructura del Ciberespacio, es que
es social. No hay Ciberespacio si no existe Acción Social
en su seno. Concretamente si no se da la posibilidad de un "espacio
potencial" (Rúben Blanco) de interacción social.
En esta tesitura la Acción Social que se produce en el
Ciberespacio es por la naturaleza del medio esencialmente Acción
Comunicativa, traspasada por las pretensiones que conllevan los
otros tres tipos de Acciones sociales descritos por Habermas.
En el sentido estricto de Acción Comunicativa, el contexto
ciberespacial posibilita el desarrollo con algunos matices del
grueso de los procesos que le son comunes. Se introduce un medio
lingüístico propio, basado en un conjunto de opciones
(textos, imágenes, sonidos, películas....) unidos
o separados. Este complejo lingüístico refleja las
relaciones de los actores entre sí y su contexto. La introducción
del concepto "entendimiento lingüístico"
como elemento de coordinación de la Acción en el
entorno del Ciberespacio, nos servirá de referente para
entrar en el análisis de los mecanismos de funcionamiento
de este sistema.
El proceso de "Acción Comunicativa" que establece
el "ciberactor" en su actividad de comunicación
tiene un componente en su proceso de entendimiento de autoreflexividad.
En este momento el actor se autorepresenta sus relaciones con
el "mundo" en el contexto del Ciberespacio asumiendo
simultáneamente los tres mundos descritos por Popper (mundo
objetivo, social y subjetivo).
Aquí es donde aparecen problemas para establecer dicho
entendimiento. El acuerdo de validez entre actores por el que
se produce el necesario reconocimiento intersubjetivo, está
condicionado a que se cumplan las tres "pretensiones de validez"
mencionadas con anterioridad: Verdad, Rectitud y Veracidad.
En el contexto peculiar del Ciberespacio las exigencias mencionadas
se enfrentan a algunas dificultades relacionadas con las características
de dicho medio. Este marco de relación social corre paralelo
al marco material habitual, aunque con las características
que le son propias y lo definen como original. Esta dosis de originalidad
diferenciadora, genera "objetos", "productos",
"resultados" debidos a esa interacción en un
contexto que le es propio. Es desde este punto de partida, desde
el que podemos analizar los procesos que conducen al establecimiento
de una acción comunicativa en el Ciberespacio con elementos
propios.
Tenemos que establecer un esquema de análisis en dos niveles,
uno general y otro interno. En el primero analizaremos características
que les son propias a todos los "objetos" que se dan
cita en el Ciberespacio. En el segundo observaremos dichos objetos.
Atendiendo a las características del Ciberespacio que "marcan"
una forma propia de entender la Acción Comunicativa, entresacamos
aquellas que inciden en la conformación de las pretensiones
de validez que posibilitan la puesta del proceso de entendimiento.
En principio entre las que más nos interesan, están
un fuerte componente de anonimidad, un marco que permite una gran
libertad de expresión de aspectos de la subjetividad personal
y un fuerte desarrollo de los mecanismos de acceso al conocimiento
a través de la esoteria.
Estas características se entresacan de las peculiaridades
del Ciberespacio y aunque no son intensivas, ni uniformes en su
aplicación a este espacio sí que muestran un gran
desarrollo en muchas de sus manifestaciones internas.
Los marcos de comunicación en el Ciberespacio tienen un
fuerte componente de control interno. La información es
muy abundante y por otra parte fácilmente procesable, ya
que la estructura interna de la misma es un sistema binario. Pero
esta capacidad de control no es homogénea en todo el sistema,
más bien resulta unidireccional, estando determinado con
claridad donde se encuentran los mecanismos de acceso a la información
estratégica.
Existe sin embargo, una paradoja en este sistema. El exceso de
información producida, como ruido o como meros datos intranscendentes,
produce una sensación de "intimidad en la muchedumbre",
ya que por lo general se suele pensar que la información
generada dentro de la red será difícilmente controlable
en el contexto de superabundancia de la misma.
En cierto modo es así, pero no siempre, e incluso todo
lo contrario. Me explico. El control de los pasos de los ciberactores,
obedece a múltiples fines, y en estos momentos el más
corriente es el de generación de bases de datos para usos
comerciales. De esta forma existen numerosos rastreadores que
en la mayoría de las ocasiones toman buena cuenta de nuestra
identidad y movimientos para engrosar sus bancos de información.
Por otra parte, el propio ciberactor puede tomar una serie de
medidas que le permitan conservar su anonimato en un nivel de
interacción inmediata con terceros. Sus referencias son
en un último momento localizables.
En otro aspecto hay que mencionar que siempre es localizable el
intermediario material o de software, la máquina y el programa,
pero no necesariamente la identidad real de su usuario que es
o puede ser independiente a estos artefactos.
Este esquema produce un fuerte control interno de los movimientos
en el Ciberespacio y una aparente intimidad que se resguarda en
subterfugios para conseguir el anonimato en la interacción
cotidiana.
Este hecho, entiendo que tiene mayor repercusión a efectos
de la exigencia de VERACIDAD, pero no cabe duda que afecta de
manera importante a los requisitos de verdad expresados en los
"objetos" aún del "Tercer Mundo" que
se relacionan con la disposición de dicha cualidad.
Así, el deseo de veracidad como exigencia para llegar al
entendimiento obsesiona a muchos "ciberactores". De
esta forma, podemos observar como los cibernautas conforme avanzan
en un proceso de "reconocimiento" que implica mayores
componentes de "acción dramatúrgica",
dada la falta de asentamiento de sus pretensiones de validez,
tienden casi de una forma compulsiva a citarse en el "mundo
material" para constatar en sus "carnes" la validez
del proceso de acción comunicativa en curso.
Tampoco es éste un proceso que se da necesariamente. En
el Ciberespacio se generan marcos de comunicación que en
algunos casos y dejando de lado las exigencias de reconocimiento
interpersonal, son muy ricos por si mismos. La condiciónnecesaria
es que éstos cumplan las expectativas que buscan los interlocutores.
En este sentido, hay que reflejar con claridad, que al igual que
en el espacio material, existen en el Ciberespacio distintos niveles
en la explicitación de la comunicación interpersonal
e intergrupal. La profundidad en la que hay que llegar al reconocimiento
del interlocutor es diferente y así las pretensiones de
validez en el acto comunicativo, serán más o menos
exigentes.
No son extraños los muy comentados "desencantos"
entre cibernautas que se conocen físicamente, tras largo
tiempo en contacto a través del espacio telemático;
son tales los desarrollos que se produce en la "autoescenificación
estratégica" que la parcialidad y el sesgo generado
suele ser insalvable por "otra" realidad.
De esta forma podemos ver con claridad que existen niveles comunicativos
interpersonales que no pueden ser asumidos en igualdad de condiciones
entre el espacio material y el Ciberespacio. A pesar de la riqueza
de la información que se puede transmitir, tanto en contenidos
como en formas, no se puede sustituir ciertos elementos necesarios
en la comunicación interpersonal más cercana.
Es necesario remitirse al esquema en el que se describen los distintas
pretensiones de validez para llegar al entendimiento lingüístico.
De esta forma las condiciones de verdad, rectitud o veracidad,
tendrán mayor o menor incidencia en su exigibilidad, según
el marco social en el que nos movamos dentro del propio Ciberespacio.
Parece quedar claro así, que la Acción Dramatúrgica,
siendo está un componente indisociable en la esencia de
la Acción Comunicativa, se desarrolla especialmente en
el contexto de la comunicación ciberespacial para compensar
las carencias de veracidad objetiva.
Mi tendencia inicial ha sido la de pensar en una mayor intensidad
en el Ciberespacio de las estrategias de Acción Dramatúrgica.
Hay una diferencia sin embargo, con su desarrollo en la comunicación
en el contexto material. Ésta estriba en las formas y en
los fines específicos, más que en su intensidad.
Aunque todos los espacios de interacción social son intrínsecamente
espacios de comunicación, el Ciberespacio está creado
por y para la comunicación. En este contexto comunicativo
por excelencia, los actores que concurren en él son comunicadores
activos, ya que de otra forma no se entiende su presencia en este
mundo.
De esta forma la Acción Dramatúrgica en este contexto,
la entiendo en términos de autoescenificación estratégica
con manifestaciones concretas propias del medio. Las distintas
actuaciones de los Ciberactores en la escenificación de
su subjetividad, se generan por los mecanismos más o menos
ricos que le otorga la parafernalia de programas de intermediación
comunicativa que se alojan en el Ciberespacio. En algunos casos
las posibilidades de generación de "escenografías"
espectaculares o de esquemas comunicativos complejos, por desdoblamiento,
etc., dan la sensación de una enorme "dramaturgia".
En esencia estos escenarios son lugares comunes, que reducidos
a su denominador común, reproducen actitudes de negociación
más simples.
Las peculiaridades de la Acción Dramatúrgica desarrollada,
obedece a la combinación de estas herramientas con las
distintas pretensiones de validez que se pretendan conseguir,
según los contextos de interacción en los que se
sitúe.
En el escenario que nos ocupa en este caso, las páginas
web personales, como lugares por excelencia para la expresión
de la subjetividad personal, predomina la pretensión de
VERACIDAD. El acceso a la intersubjetividad entre ciberactores
a través de estas páginas web, tendrá componentes
dramatúrgicos diferentes, y más ricos en su variedad
que en contextos más formales.
Las relaciones sociales en el Ciberespacio desarrollan unos componentes
estructurales con ciertas peculiaridades. En el desenvolvimiento
a través del Ciberespacio de Internet, queda muy claro
que el criterio que otorga socialmente un reconocimiento mayor,
es el conocimiento exhaustivo del esoterismo de la misma.
Esto nos lleva de nuevo a valorar la importancia del concepto
de Acción Dramatúrgica en la consecución
de la validez por RECTITUD. Parece claro que sí en un medio
como el descrito uno de los criterios básicos de prestigio
social es el conocimiento exhaustivo del propio medio, se producirá
un fuerte procedimiento de autoescenificación para demostrarlo.
El esoterismo se persigue en este caso, no como conocimiento del
mismo, sino como elemento de validez en sí.
De forma natural llegamos a un tercer elemento característico
de la acción social en el Ciberespacio: la gran libertad
en la expresión de la subjetividad personal. A todas luces
nos tenemos que retrotraer por su relación a todo lo comentado
con anterioridad en referencia a la anonimidad y a la Acción
Dramatúrgica.
La tercera condición de validez que expone Habermas en
su esquema de pretensiones de validez para el entendimiento, es
la de VERACIDAD, en referencia a la coincidencia entre las intenciones
expresadas y los pensamientos reales. Es el mundo de las vivencias
subjetivas del hablante el que define este extremo.
Sí hay un contexto en el que el actor pueda desarrollar
con profusión las manifestaciones de su mundo subjetivo,
éste es el Ciberespacio. El hecho de que no sean imprescindibles
las estrategias de negociación en la autorrepresentación
(sobre todo en las modalidades de comunicación asíncronas
) y de la posibilidad de anonimizarse, hace que se puedan expresar
matices de la subjetividad personal que por otras vías
no sería posible.
Este tirón de la subjetividad personal en el Ciberespacio,
a través de la autoescenificación estratégica,
hace afianzar la teoría de que la Acción Comunicativa
en este contexto es peculiarmente "dramatúrgica".
Lo descrito nos lleva a considerar la gran libertad de la que
disponen los ciberactores para desenvolverse en este marco. La
cantidad de recursos para aparecer desempeñando diversidad
de roles, así como toda la parafernalia tecnológica
disponible para escenificar dichas apariciones facilita la generación
de multitud de objetos de autorrepresentación personal.
Todas estas posibilidades puestas en juego hacen que el Ciberespacio
sea rico en sus manifestaciones de interacción comunicativa.
Estas manifestaciones se concretan tanto en los objetos que constituyen
las mencionadas plataformas de autorrepresentación subjetiva,
con su paradigma en las páginas web personales, como en
las situaciones peculiares de comunicación interpersonal
o intergrupal.
En relación al grado de libertad que se goza en el Ciberespacio,
es necesario hacer referencia a la pretensión de RECTITUD,
como validez de los actos de "habla" en un contexto
que se presupone legítimo. En este sentido se está
muy lejos de establecer un marco estable relacionado con el Ciberespacio.
Todos los contextos están en un proceso continuo de transformación
y en este caso, en el que tomamos como marco al de las relaciones
sociales, adquiere mayor dinamismo.
El ajuste al mundo social del Ciberespacio es un factor complejo.
La exigencia de una relaciones sociales legítimamente reguladas,
queda en suspenso o en todo caso, en duda. En sentido estricto,
el Ciberespacio, como espacio social, es poco maduro. Como comparación
podemos referirnos a él, en términos de "aluvión"
de cibernautas recientes, que se multiplican por sí en
número cada día que pasa. Se multiplica en número
y en complejidad, por lo que es más difícil establecer
cual es la pauta de relación social interna más
habitual. La confusión reina implacable.
Esta inestabilidad del mundo de las relaciones sociales en el
Ciberespacio, o mejor dicho de la estructura de las relaciones
sociales, hace que tampoco sirva como referente muy claro a los
actores que interactúan en él.
En estas condiciones, con un patrón social en evolución
constante, la libertad de movimientos, de relación, es
muy grande en el Ciberespacio. Pero esta pauta evolutiva es previsible
que se estabilice a medio plazo, para pasar con posterioridad
a una fase de asentamiento que está por definirse aún.
Jugando a completar el rompecabezas conceptual que encaje en un
contexto como es el Ciberespacio, recuperamos la idea de una comunicación
peculiar en el Ciberespacio, que se circunscribe a las características
de éste. En este contexto podemos pensar en procesos de
Acción Dramatúrgica que le son propios.
En referencia a los objetos, son muchos los que se dan cita en
el Ciberespacio. Sólo me referiré más adelante
al sistema Web y a las páginas web personales, ya que ese
es el objeto de estudio de este trabajo y porque la variedad de
los que concurren en Internet es tan amplia y heterogénea
que nos dispersaríamos excesivamente del fin perseguido.
Emilio Sáez Soro © 2000