La tecnología de las bases de datos distribuidas surgió a partir de la mezcla de dos tecnologías: la tecnología de las bases de datos y la tecnología de las redes y las comunicaciones. Esta última ha hecho enormes progresos en tecnologías cableadas y no cableadas: desde las comunicaciones por satélite y celulares, a la estandarización de protocolos como Ethernet y TCP/IP, así como la explosión de Internet. Muchas de las bases de datos de los años setenta y de principios de los ochenta tendieron a la centralización, dando lugar a gigantes bases de datos monolíticas. Sin embargo, a finales de los ochenta, la tendencia ha sido hacia una mayor descentralización y autonomía de proceso. Tras los avances que se produjeron en computación distribuida en el campo de los sistemas operativos, los investigadores en bases de datos se esforzaron en orientar su trabajo hacia la distribución de datos, la distribución de consultas y de procesamiento de transacciones, y la gestión distribuida de metadatos, desarrollándose muchos prototipos de investigación. Sin embargo, todavía no ha surgido un sistema de gestión de bases de datos distribuidas que implemente la funcionalidad y las técnicas propuestas por los investigadores en bases de datos distribuidas. La mayor parte de los fabricantes no se han centrado en desarrollar sistemas de gestión de bases de datos distribuidas ``puros'', sino que se han dedicado a desarrollar sistemas basados en el modelo cliente-servidor, o sistemas de gestión de bases de datos heterogéneas activas.
Sin embargo, empresas y organizaciones están muy interesados en la descentralización de procesos (a nivel del sistema) y en la integración de sus recursos de información (a nivel lógico). Estos recursos de información los forman sus sistemas de bases de datos, distribuidas geográficamente, sus aplicaciones y sus usuarios.