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Nuestro mar basurero de las personas:

Hay que ver como somos las personas. Sin ir más lejos solo tenemos que pasarnos por las playas y ver de que manera las utilizamos. Muchas personas se piensan que son un cenicero, ya que no paran de fumar y apagar las colillas en la arena. Otras además de cenicero creen que son papeleras y las llenan de botes, papeles y plasticos sin el mínimo escrúpulo. La verdad es que esto está a plena vista lo cual nos llama la atención, pero si nos metemos dentro del agua vemos como nuestros fondos marinos están igual o peor, ya que ahí nadie los limpia. Muchas personas se creen que nuestras costas y sobre todo el mar es un basurero en el cual levantas la alfombra y escondes la basura. Seguro que en sus casas no hacen lo mismo. Es importante denunciar estos hechos y así defender nuestras costas.

R.I.P.Mediterráneo:

Sólo una minoría de personas, que somos las que buceamos, sabemos lo castigado que tenemos nuestro Mar Mediterráneo. Sin ir más lejos es casi imposible el realizar una inmersión y no ver un palangre destrozado, una red, cantidad de basura (botellas, plásticos, etc), o una matanza de peces, como la que vimos el otro día y que no sabemos por que causas estaban muertos. La verdad es que las personas no toman conciencia de que el mar no solo es un trozo de agua, sino que en verdad es la principal fuente de riqueza que tenemos en este, castigado, Planeta. Yo apelo a todas las personas que se dedican a destrozarnos el mar a que se metan a ver el fondo marino que tenemos y que les coja vergüenza de lo que estan haciendo. Hay que pensar un poco más en la naturaleza y defenderla hasta el fin ya que de ella dependemos en un 100%. Seamos más civilizados

¿Qué esta pasando en nuestras aguas?:

No os habéis dado cuenta de que desde hace algunos años y sobre todo este último nuestro mar esta cambiando. En nuestras costas se estan viendo cosas que antes antes no ocurrian. Cantidad de medusas que normalmente venían en septiembre están ahora desde mayo. Peces como Jureles y Bonitos cuya época era también septiembre están en junio a una profundidad de 15 metros. Pequeños escualos que aparecen en nuestras costas y sobre todo cetáceos que vienen a morir a nuestras orillas. La verdad es que algo está ocurriendo y que en muy alto grado el culpable no es ni más ni menos que el hombre, con su sopreexplotación, su contaminación y sobre todo su poca conciencia.

En busca de no se que pecio:

Era sobre el mes de agosto de 1993 cuando un pescador de arrastre nos dijo que delante de las costas de Oropesa del Mar siempre que tiraban las redes en una zona concreta notaban como se rompían y se oía un ruido como a hierro. Sólo oir esto nos empezó la curiosidad de que sería lo que habría ahí abajo. Comenzamos a pedir detalles de la situación, profundidad, etc. y el pescador nos explicó que estaba a una profundidad de 60 metros, delante de las costas de Oropesa, pero que si queríamos ir él iría también en el barco, con lo cual todos empezamos a imaginar lo que podría haber allí abajo. También nos dijo que no era un avión ya que si hubiera sido esto el Bou de arrastre lo hubiera sacado y lo que pasaba es que se ve que pesaba mucho y al arrastrarlo rompía las redes. Total que una mañana de agosto decidimos partir en su búsqueda. Al estar tan lejos, ya que 60 metros están entre el canal de Oropesa y Columbretes, decidimos coger dos barcos, el de Juan Pablo Aracil y la zodiac de Javier Rajadell. En estos barcos íbamos, Javier Rajadell, su esposa Elisa Salvia, Juan Pablo Aracil, Pepe Saez, Elias, el Pescador y yo, Clemente Miró, a así salimos del puerto de Oropesa. La verdad es que estaba bastante lejos ya que al marinero le constaba ver las referencias debido a que la costa casi no se veía. Total que después de estar dando muchas vueltas para ver si la sonda detectaba los restos del supuesto pecio decidimos tirar el ancla y probar suerte en unos alti-bajos que la sonda marcaba con insistencia. Nos vestimos e hicimos los grupos, ya que una inmersión de estas características hay que plantearla con mucha precaución. Equipos de reserva, botellas colgando a 3, 6 y 9 metros para el caso de tener que hacer paradas y poder tener aire suficiente, trajes gruesos para el frio, etc. Y así bajamos. Primero mi grupo compuesto por Javier Rajadell y Pepe Saez. La bajada fue muy limpia, el agua estaba en perfectas condiciones, pero a medida que bajábamos el frío y la presión eran cada vez más fuertes. Los primeros 40 metros los bajábamos sin dificultad, pero a partir de 40 metros la cosa empieza a cambiar. Sobre los 50 divisamos una especie de neblina que iba hasta el fondo y el frío era de aquí te espero. Total que yo decidí a mis 56 metros que esto no iba conmigo y después de avisar a mis compañeros empece la subida realizando mis correspondientes paradas de descompresión, a pesar de que no había entrado en ella. Javier y Pepe continuaron la inmersión no encontrando nada en el fondo. Lo único que sacamos en limpio es que su profundímetro marcaba los 60,8 metros. Luego bajó el segundo grupo formado por Juan Pablo, Elisa y Elias y el resultado fue el mismo. Por lo tanto mi deducción de esta inmersión es que entre los 0 y lo 25 metros se bucea muy bien y no hace falta bajar tanto.

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